Simeone consigue a Griezmann
El Atleti logra su cesión por una temporada con opción a una segunda
Antoine Griezmann vuelve al Atleti. Lo que parecía dormido, en realidad estaba latente. Lo que parecía imposible, porque en el corazón de la afición aún duele ese portazo de hace dos años, se hizo realidad. Porque Simeone no había dejado de pedir ese refuerzo que quiere, que piensa que completa perfecto a una plantilla ya campeona de Liga y hasta el último momento, esperó a Griezmann. Primero fue en la propuesta con un trueque por Saúl, cuando se abrió el mercado de fichajes. Allá en julio.
El club rojiblanco ya sabía, porque Saúl se lo había comunicado, que el canterano quería irse, probar otras ligas, volver a sentirse importante, no condenado por su polivalencia. Su salida estaba atada a sólo esa entrada: la de Antoine Griezmann. El futbolista que quería el Cholo, con el que soñaba. El trueque entonces, en julio, se enfrió pero no murió, como podía haber parecido, el deseo. Y estalló en el último día de mercado. Griezmann vuelve al Atleti. Fue en el último instante, a las 23:59. Era su único deseo. El del jugador. Y casi que el del Barça también. El Atlético logró, en una tarde de locos, de mucha batería descargada y cargador de móvil, que Griezmann regresara. El futbolista suspiraba por ello. Hizo todo lo posible porque se hiciera realidad. El club catalán, que hace dos años pagó 120 millones por su traspaso, también. Griezmann nunca ha llegado a encajar. Ni con Messi ni sin él.
Porque si en el Camp Nou esperaban que la marcha del argentino al PSG cubriera de galones el fútbol del francés, para nada. Los tres partidos sin Messi antes del parón han sido clarividentes: los galones son de Depay, Griezmann ha sido un alma en pena. En su cabeza, sólo una cosa: volver donde fue feliz. Y donde fue feliz es al lado de Simeone.
Durante todo el día, el Atlético buscó fórmulas para tratar de traer al francés al Wanda. Una llegada supeditada siempre a una salida: la de Saúl. Una cosa no se produciría sin la otra, pero si una pasaba, la otra también. Lo que parece un trabalenguas es fácil: que Saúl sólo se iría si antes estaba atada la llegada de Griezmann (y Saúl se fue al Chelsea). El Barça propuso primero, en las últimas horas, un trueque con João Félix. No. El Atleti reactivó luego lo del trueque de Saúl y de Griezmann. Tampoco.
Al final la fórmula encontrada fue una cesión de una temporada con opción a una segunda siempre que Barça, Atleti y jugador estuvieran de acuerdo. El último trámite fue el control económico de LaLiga, la última barrera para que Grizi regresara al Atleti, de donde se fue con un vídeo despeinado y sin afeitar, dos años después. Dos años en los que ha podido comprobar el frío en la piel que se siente lejos del Cholo, la única mesa en la que de verdad ha brillado el francés.
Deseo Antoine era a quien el Cholo quería para sentir su plantel cerrado
Condición El control económico retrasó el anuncio de su regreso al Atlético