Los diez minutos de añadido ante el Atleti irritan al club
El Espanyol advierte a los árbitros
Cuando Andrés Fuentes Molina, cuarto árbitro del Espanyol-Atlético de Madrid del domingo, alzó el cartel que mostraba los diez minutos de añadido en la segunda mitad, un runrún recorrió el RCDE Stadium. De inquietud, y de incredulidad. Hasta el punto de que Vicente Moreno se acercó a comentarlo con su homólogo, Diego Simeone, lo que derivaría en amarilla para el técnico perico por alcanzar un balón y retenerlo. De la sospecha se pasó a la irritación cuando Thomas Lemar anotaba en el minuto 99. Un enfado que aún perdura en el Espanyol.
El enojo no se fundamenta en una teórica mala praxis de Juan Martínez Munuera, el colegiado principal del encuentro, ya que es obvio que se perdieron más de seis minutos solo entre la revisión del VAR del gol posteriormente anulado por fuera de juego de Luis Suárez, la pausa de hidratación o las molestias de Nico Melamed y Sergi Darder, sin contar los cambios. Lo que se critica es la aplicación totalmente arbitraria –valga la redundancia– de un estricto criterio que rara vez se aplica en el resto de partidos. Ese fue el sentido del irónico mensaje que el club propagó por las redes sociales: “Diez minutos de añadido. Estamos seguros de que se aplicará siempre el mismo criterio a lo largo de la temporada”. “Espero que siempre sea igual cuando nos interese a nosotros”, había soltado previamente Vicente Moreno.
Con el malestar perico coincide un estudio del observatorio internacional CIES publicado el pasado mes de abril, el cual sitúa en un 59,3 por ciento el tiempo efectivo medio de los partidos en Primera, unos 54 minutos. O lo que es lo mismo, se pierden unos 18 minutos por cada parte. Así que el Espanyol-Atlético no supuso una excepción, salvo para el árbitro.
En Primera Según el CIES, se pierden 18 minutos de juego en cada parte