Orgullo contra la resaca
Costa Rica se juega su última carta ante una Japón en estado de euforia
El estadio Ahmad Bin Ali será testigo del enfrentamiento de las dos selecciones con las sensaciones más contrapuestas del Mundial de Qatar. Japón y Costa Rica están en las antípodas psicológicas la una de otra después de lo que ocurrió en la primera jornada. Los asiáticos vienen subidos en la ola buena. Moriyasu, seleccionador nipón, se pertrecha en el refrendo moral sin precedentes que recibió el equipo al remontarle un gol a Alemania. En eso y en la gestión de esa falange esforzada y ordenada que tiene a sus órdenes.
Pero tampoco puede olvidarse de que Gonda fue el héroe real de su histórico triunfo sobre Alemania y que, aún viviendo recluido durante más de una hora en su campo, recibió una catarata de ocasiones en contra que debería poner sobre aviso a tanto optimismo. Japón está ante una ocasión única de, por primera vez, sumar dos triunfos seguidos en un Mundial porque el rival aparece como propicio. Eso podría dejar decidido su pase a octavos, pero no hay que engañarse.
Los días han sido un infierno para Luis Fernando Suárez y el combinado tico. Su discurso vital, optimista y ambicioso recibió un golpetazo tremendo en el estadio de Al Thumama y la crítica no ha tardado en hacérselo mirar. La goleada de España abrió la veda y todo se puso en duda en un equipo que llegaba a Qatar rodeado de amabilidad.
Sorprendió que Suárez no se entregara a un dibujo con cinco defensas de inicio frente a España para taponar el torrente de fútbol por dentro y por ahí llegaría su factor corrector para atar a los correosos mediapuntas japoneses. La urgencia centroamericana puede ser la excusa nipona esta vez para no correr a cargo con la iniciativa del juego, pero Costa Rica llegará con la lección aprendida y se espera una imagen endurecida para jugarse su última carta en el grupo. Perder le manda a casa. Japón tiene margen, pero sería un riesgo aplazarlo a un cara a cara con España.