Una espera muy larga
Daniel Molina, con la vista puesta en los Juegos, habla con AS tras su cuarto campeonato mundial
Ya había sido campeón del mundo en tres ocasiones. Pese a ello, y tras dos años de ausencia en lo más alto del podio, Daniel Molina echaba de menos esa sensación. La gloria es adictiva, dicen aquellos que la conocen. “Siempre es bonito. Fueron tres seguidos, en la pandemia no hubo y en 2021, quedé segundo porque me puse enfermo ese mismo día. Si todo hubiera ido bien, creo que hubiera estado arriba”, reconoce el madrileño a AS. En su palmarés, también figuran cinco campeonatos de Europa (2017, 2018, 2019, 2021 y 2022) y tres subcampeonatos mundiales (2012, 2013 y 2021). Una década de dominio absoluto.
En el reciente Campeonato del Mundo de Triatlón Paralímpico, celebrado la semana pasada en Abu Dabi, Daniel fue uno de los cinco atletas españoles que se subieron al podio. Tras ser recibido en el CSD junto al resto de medallistas por el presidente del Consejo Superior de Deportes, José Manuel Franco, admite estar “cansado por el viaje”, pero con más ilusión que nunca. En
los Juegos de París, su categoría (PTS3) será olímpica por primera vez. “Da sentido a esto. Han sido ocho años complicados, pudiendo seguir gracias a nuestros patrocinadores (en su caso, con un gran apoyo de Nara Seguros). Ha sido toda una odisea ver cómo otros deportistas iban a los Juegos y nosotros, no”, admite.
Pese a todo, no será una experiencia nueva para él. Daniel ya estuvo en Atenas 2004. Entonces, compitió en 100 metros espalda. Empezó a nadar con tres años. Con 22, sufrió
un accidente en moto que casi le cuesta la vida. Perdió la pierna derecha por debajo de la rodilla y, tras 14 operaciones, necesitó un año de recuperación para volver a andar. Su vida, sin embargo, tal y como él mismo asegura, “cambió a mejor”. A París, llegará con la convicción de que puede ser campeón. “En todas las carreras en las que he corrido, he estado en lo más alto. Soy el que mejor nada y el que mejor corre, con eso compenso la bici”, analiza con seguridad. La espera más larga llega a su fin.