La fe de Sergi Guardiola
Un gol del mallorquín en el 96’ mantiene con vida al Cádiz ● Mallorca, Celta y Las Palmas, todavía a tiro
La esperanza tiene nombre en la Tacita: Sergi Guardiola. Un gol del mallorquín concede al Cádiz el trozo de vida en Primera que se le escapaba en ese minuto 96. El Mallorca queda a 4 puntos y Celta y Las Palmas, que juega hoy, se mantienen a cinco.
Nunca antes había ganado el Cádiz en Sevilla (14 derrotas y 8 empates hasta este miércoles) y si no vencía esta vez, quizá no lo habría hecho nunca. Metáfora de una temporada repleta de desgracias para uno y otro club, en Nervión salió un partido caótico. Uno, un equipo que lleva varias semanas lejos de Europa y fuera del descenso y en chanclas, el Sevilla. Su penosa imagen, parecida a la de Villarreal, y los gritos de una grada cabreada dejan otra vez en el aire la continuidad de Quique Flores como técnico.
Y otro, el Cádiz, con la tensión por las nubes y las piernas agarrotadas, temblorosas. Sobre todo, delante de la meta rival. Sin exuberancia, porque tampoco anduvo para eso nunca el equipo amarillo, las ocasiones (algunas clarísimas) fueron goteando desde que Robert Navarro la estrellara en el larguero cuando lo más fácil parecía mandarla a la red, en el 34’. Minutos después, en un Ramos (Chris) contra Ramos (Sergio), el delantero gaditano se deshizo del defensa camero y luego esquivó a Orjan Nyland. Inexplicablemente, echó la pelota fuera.
Eso, antes del descanso. Tras volver del vestuario el Cádiz se acercó todavía más y más veces al gol. Juanmi, Guardiola, Chris Ramos otra vez... Se toparon con un gran Nyland o con el VAR, que provocó que Ortiz Arias anulase por patada a Badé un tanto que esta vez sí había logrado superar al portero noruego. Delante de ese monitor en la banda, ante la desesperación de Pellegrino, sus futbolistas y unos 500 sufridos cadistas presentes, aquella rectificación del árbitro madrileño sonaba como un réquiem... que se encargó de acallar Guardiola con una definición de escándalo a lo Romario. Sigue estando difícil, casi imposible, pero me han dicho que el amarillo...
El VAR Anuló por patada a Badé un tanto cadista antes del 0-1