“Un triunfo en los Alpes y en el Tour era lo soñado”

Primer triunfo de su trayectoria en el Tour. ¿Cómo se siente? —Una victoria en la carrera más importante y en los Alpes… Uf, es algo soñado. Se lo dedico a mi hermano Gorka, que se cayó hace unos días y abandonó, al equipo, a mi pareja y a mi niña, que nacerá en octubre.

—¿En qué pensaba en el último kilómetro camino de Morzine?

—En que el trabajo y los sacrificios valen la pena por vivir momentos tan bonitos.

—Se la jugó en el descenso del Joux Plane frente a dos consumados especialistas como Nibali y Pantano.

—Sí, ya que fui decidido a dar el cien por cien. Me encuentro contento por superar a dos de los mejores bajadores del pelotón. Cuando las fuerzas andan justas, debes apretar. Igual un poco de miedo la familia ya pasó al verme a tope con la carretera mojada, pero me salió bien. Desde luego, no me quedo atrás en los descensos: soy un tío hábil y aposté con valentía.

Gran descenso

—¿Temió por el triunfo?

—No sufrí ningún susto, bajé con muchísima convicción. Si desciendes con miedo e inseguridad, resulta peor.

—¿Cómo plantearon la jornada en el Movistar?

—A meterme en la escapada y a regular. En el coche me dijeron las diferencias de Pantano y Alaphilippe, y cuando Nibali aceleró sabía que tenía que ir tras él. Subida muy dura. Cogí el control de la carrera. Decidí arrancar. Luego arriesgué todo para ganar. Siempre fui muy bien de piernas. Coronamos los tres y jugué mejor mis bazas.