AS (Aragon)

“El nombre de Bolt vivirá para siempre”

Mcleod, oro en vallas, lo alabó

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■ Cientos de jamaicanos esperaron durante más de una hora a que Usain Bolt saliese a saludar en el Estadio Olímpico, pero el Relámpago, que rechazó ser retirado en silla de ruedas pese a su lesión, no estaba para nadie. No habló a los micrófonos. Omar McLeod, oro en vallas y primer relevista de Jamaica, sí tuvo unas palabras para su amigo: “Todo el mundo está impactado, todo el mundo está en shock, pero es una lesión, ha ocurrido y ya está. El nombre de Usain Bolt vivirá para siempre”. El doctor Kevin Jones, responsabl­e médico de Jamaica, dio el informe sobre Usain: “Las últimas semanas que ha vivido han sido duras, sintió un calambre muy fuerte en el isquio y está muy disgustado por perder la carrera”. Hasta Justin Gatlin, oro en 100 y plata ayer en 4x100, se rindió: “Lo siento mucho, sigue siendo el mejor del mundo”.

Ocho zancadas hasta recibir el testigo en la mano izquierda para pasárselo a la derecha, al principio de la zona, en un cambio solo discreto. Jamaica estaba entre la tercera y la cuarta posición y muy lejos de la cabeza. Hacía falta la remontada más increíble que la historia hubiera contado, solo equiparabl­e a la de Bob Hayes en los Juegos Olímpicos de Tokio. Pero las últimas zancadas de gloria de Usain Bolt quedaron reducidas a menos de diez. El hombre más rápido del planeta se rompió en mitad de la última recta.

Mientras el público enloquecía por el triunfo de Gran Bretaña, Usain Bolt caía definitiva­mente a la pista a falta de 20 metros de cruzar su última meta. Es el drama de la vida. Un aluvión de emociones diversas. Usain Bolt merecía otro final. Es quien más ha hecho por este deporte en mucho tiempo. Es único e irrepetibl­e. Pero en vez de surgir desde el Estadio Olímpico de Londres lanzado hacia el territorio inenarrabl­e de la gloria, se quedó en la tierra, en la pista, en el suelo. Un ser humano.

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