Remontada histórica del Lleida ante una triste Real
Levantó un 2-0 en la segunda parte a base de fe y garra
El Lleida hizo historia en Anoeta al eliminar a la Real remontando en la segunda parte el 2-0 que reflejaba el marcador al descanso, que era un 3-0 en la eliminatoria. Entonces era inimaginable lo que podía suceder, porque la Real había sido mejor. Pero los donostiarras no salieron de vestuarios, su actitud fue injustificable en el comienzo de la segunda parte y permitió convertir en realidad un sueño del Lleida que parecía imposible. Dio la sensación de que lo vieron hecho, como que no hacía falta jugar la segunda parte, y el Lleida quería jugar, exprimir sus posibilidades y apurar sus opciones, por pequeñas que fueran. Jugaron contra corriente, quitaron la razón a la razón, y su fe tuvo un premio enorme. Enorme. Tanto como el descalabro de la Real, que es muy grave; es revivir viejos fantasmas.
El cuadro local parecía que encarrilaba pronto su clasificación con una superioridad evidente sobre un Lleida que le puso muchas ganas, pero que en el arranque se mostró inferior. La realidad es que el enemigo empezó sin darle opción alguna. El gobierno era con balón y posicional. Y las ocasiones comenzaron a caer del lado txuri-urdin para llevar con comodidad el 2-0.
Entonces parecía que la eliminatoria ya estaba sentenciada. Pero nadie contaba con que la Real diera por hecha su clasificación y bajara los brazos de forma alarmante. El Lleida lo vio claro, se encontró con el 2-1 de Aitor Núñez, y el desastre defensivo realista permitió que el equipo catalán soñara con hacer historia, con un desajuste injustificable que permitió el penalti que daba origen al gol marcado por Manu Molina que hacía presagiar todo lo que vino después. Y lo que vino fue la locura del Lleida, un centro desde la derecha de Manu Molina lo remataba Bojan Radulovic de cabeza con Toño quedándose a media salida. Vienen días de nubarrones en Donostia.