El banquillo ayuda a Quique a salir de su primera crisis
Álvaro, con un pie ya en el Nàstic
El amargo empate en Las Palmas (2-2) y la dulce victoria ante el Atlético (1-0) ha catapultado al Espanyol, que se coloca nuevamente a cuatro puntos de la séptima plaza y se aleja a cinco del descenso. Quique Sánchez Flores salva su primera crisis, después de que ante el Girona, hace tres jornadas, la grada le cantó al unísono el novedoso e impactante “Quique, vete ya”, tras los malos resultados y su inmovilismo en la búsqueda de las soluciones.
Curiosamente, el banquillo es el que ha ayudado a restaurar el rendimiento deportivo. Óscar Duarte, quien no jugó sus primeros minutos hasta hace dos jornadas, se ha mostrado infranqueable en defensa, mientras que el gol ante el Atlético tuvo como protagonistas a Esteban Granero y Sergio García, dos jugadores con apenas protagonismo en las alineaciones. El Espanyol ha sufrido una pequeña agitación que ha comportado una mejora de los resultados. No solo el adelanto de David López al mediocampo ha dado sus frutos, sino también la entrada del costarricense en la defensa y del delantero catalán en ataque. “Se le dio mucha importancia a algo que no veíamos así, porque si te fijabas en la tabla era cuestión de ganar un partido o dos. Hemos de seguir adelante. Se mostró que podemos ganar a cualquiera, faltaban detalles que nos costaban caros, pero ya va quedando atrás. El equipo ha trabajado bien”, comentó Duarte.
El Nàstic.
Al margen de lo que ocurre en el campo, en los despachos también hay movimiento. Pape Diop rescindió con el club y fichó por el Eibar. Ayer se despidió así: “Es uno de los momentos más difíciles de mi carrera deportiva. El Espanyol es una gran familia”.
No será la única ausencia. Álvaro Vázquez tiene ya un pie en el Nàstic para salir cedido mientras que Hernán Pérez, que ya no cuenta para el entrenador, está a la espera de que Getafe pueda pagarle el elevado sueldo que cobre. O, en su defecto, pueda salir cedido a otro club de LaLiga.