El objetivo es ganar y ganar
Después de una primera vuelta calamitosa —la peor de estos cinco años de durísima travesía por el desierto—, el Zaragoza afronta la segunda parte del calendario con su entrenador seriamente amenazado y con una peligrosa indefinición general sobre el objetivo de esta temporada, rebajado a base de derrotas y de decepciones. "Tenemos que ir partido a partido para ver de aquí a diez jornadas para qué estamos", señaló Cristian Álvarez dentro de una reflexión muy sensata. Lo cierto es que los dos próximos encuentros van a marcar el futuro de Natxo González en el Zaragoza y por extensión el de todo el equipo, porque si la reacción —es decir, la victoria— no llega ya este sábado, no habrá otro objetivo de aquí al final del campeonato que luchar a brazo partido por la permanencia.
Los futbolistas, quizá porque ya le han visto las orejas al lobo, vienen respaldando en público a su entrenador y hasta se les ve más responsabilizados que nunca por la delicadísima situación del equipo en la clasificación, pero el tiempo de las buenas palabras debe darse ya por agotado, si no está soportado por los resultados. Es, pues, la hora de ganar, de ganar para que el Zaragoza no entre de nuevo en una crisis mayúscula que amenace con llevarse todo por delante, como en estas cuatro campañas anteriores. Natxo González es el más débil, porque no hay nadie más débil que un técnico que no gana partidos, pero los jugadores deben darse cuenta de dónde están y qué es lo que hay en juego, empezando por salir concentrados al campo. Acaso con eso ya se dé un primer paso para volver a ganar.