Un pequeña tregua antes del Tenerife
La Copa del Rey, siempre inoportuna y a desmano en Segunda División, puede darle, sin embargo, una pequeña tregua a Imanol Idiákez, muy señalado ya por la caída en picado del Real Zaragoza y que se jugará el puesto el domingo frente al Tenerife. El técnico tiene lesionados o tocados a media docena de jugadores y está obligado a dar descanso a otros tantos pensando en el Tenerife, lo que condiciona en grado sumo su alineación y su convocatoria. Pero el Cádiz está en las mismas y también presentará un once de circunstancias en La Romareda. Así que se trata, simplemente, de darle una pequeña alegría a la sufrida afición del Zaragoza — los abonados entran gratis— y de dar rodaje a los futbolistas con menos minutos, como se les llama ahora a los suplentes o reservas de toda la vida.
La Copa no va a elevar a Idiákez a los altares del Zaragoza, pero le concede una oportunidad de restañar algo de su crédito, muy disminuido por su falta de soluciones tácticas y sus deficientes elecciones de jugadores, y de no llegar tan marcado a la cita frente al Tenerife. Nunca una victoria le viene mal a un equipo, por más que se siga hablando de los efectos nocivos del 0-4 de Oviedo,y eliminar al Cádiz, aunque no produce ningún beneficio para el único objetivo del club y del equipo, enderezaría en parte el rumbo perdido. Es también una excelente ocasión para que se reivindiquen futbolistas como Álex Muñoz, Aguirre, Pep Biel o Jeison Medina, de nuevo ingreso en la plantilla y que han perdido o no han tenido nunca el favor de Idiákez. Aquí no puede esconderse ya nadie.