Soria y Ángel disparan al Geta y hunden al Villarreal
Ekambi falló un penalti en el descuento en un partido loco
Tras un partido frenético y emocionante, Villarreal y Getafe, por precaución a estas alturas, insisten en hablar de sus objetivos en la intimidad. Pero sus pasos les delatan. El Villarreal ya lucha por no bajar porque volvió a jugar con el miedo de quien camina en el alambre. Cada balón perdido fue un drama. Cada disparo, una agonía. Las vidas de Víctor Ruiz y Gerard, y la cara de Ekambi en el penalti errado en el 92’, sirven de resumen. Mientras, el Geta lo hace con la seguridad de los que miran a Europa empoderados. Soria, Molina o Ángel son tres ejemplos. Ganó por intensidad y fortuna, pero pudo hacerlo cualquiera. Con 1-2 el Villarreal remató tres veces a los palos y falló desde los once metros. Pena máxima.
El primer tiempo sirvió, sobre todo, para ratificar que Asenjo y Soria son dos guardametas extraordinarios. El del Submarino es el segundo portero que más paradas hace en la Liga tras Oier. Portillo pudo comprobar sus poderes. Soria, por su parte, hizo varios paradones a Gerard y Cazorla. Porque el Villarreal llegó mucho más sin necesidad de dominar. Iborra no tuvo peso como mediocentro, los laterales hace tiempo que dejaron de subir y Fornals sufre demasiado olvidando la diversión.
El Getafe, con el empate inicial, fue sintiéndose cada vez más cómodo. El Villarreal fue el que se fue agobiando más. Ser penúltimo no es lo más alarmante. Lo que más preocupa es que ha firmado la peor primera vuelta de su historia en Primera. Más incluso que la del año del descenso de 2012. Su congoja se multiplicó en el 52’, cuando Jorge Molina (36 años y mil virtudes) penalizó la falta de contundencia de Funes Mori y la indolencia de Chukwueze (sustituido después), al regalar dos recortes para soltar un latigazo mortal que hacía volar al Getafe rumbo a Europa. Sólo la torpeza de Cabrera contra su portería pareció frenarle. Pero un gol de vaselina de Ángel nada más salir (89’), el tiroteó local a la madera y un penalti dudoso fallado por Ekambi sobre la bocina le dieron alas y tumbaron a un Submarino en el que Calleja no era el único culpable.
La fortuna Autogol de Cabrera y tres palos del Submarino al final