Semis y final, sin consolación y entre jueves y domingo
nuestro país, tal y como intentó con el abortado Girona-Barça en Miami del pasado enero.
El poder de convocatoria de Rubiales en los Desayunos de Europa Press fue espectacular. Estuvieron desde el presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, hasta el director de La Vuelta a España, Javier Guillén, pasando por muchos presidentes de otras federaciones deportivas y representantes políticos como Jacobo Beltrán (PP) y Jaime Lissavetzky (PSOE). Aprovechando esa audiencia, Rubiales, quizá barruntando que su proyecto de Supercopa iba a soliviantar al presidente de LaLiga, cargó por adelantado contra él por tierra, mar y aire. “A Tebas no le suele gustar nada de lo que hago. Cuando le pidieron que me pusiera una nota me dio un dos, y creo que soy afortunado con esa calificación viniendo de él”. “Necesitamos que los ingresos que genera el fútbol profesional llegue al CSD. Este marco actual convierte a Tebas en ministro de Deportes y hay que pararle los pies. Yo creo que lo que le falta a Tebas es cariño. No hay más que ver su excitación en la forma de expresarse”, concluyó.
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