Herrera, el futbolista invisible
Hay futbolistas que son invisibles. Busquets, Kroos, Koke forman hoy parte del Olimpo futbolístico, pero en sus inicios ni fueron cuestionados porque ni se les esperaba; estaban pero no estaban, floreros a ojos de muchos, sin mucha función más que la de rellenar. En realidad esa percepción habla más del que mira que del que juega. En un once no sobra nadie, y hay jugadores que sin ellos se desmonta todo. Cómo esos tres. Y como Ander Herrera. Nombrado jugador del partido ante el Chelsea en la FA Cup, acaba de ser divisado.
Ya no es sólo un perro de presa, ni un tío que corre mucho pero que no se sabe bien qué hace (de nuevo, análisis vagos de aficionado temporal). Herrera, que cuenta con la confianza total de Solskjaer, ha conseguido que el equipo funcione no como el diez que era antes, sino como pivote: aparece donde toca, da el pase adecuado sin complicarse, ha permitido que Pogba se liberara, y tiene la inteligencia emocional para liderar con ejemplo y con palabras. Me junté con él y con Alexis
el pasado viernes en una de las charlas más gratas que he tenido últimamente con futbolistas. Tras la conversación se oyen más peticiones que nunca para que le den el brazalete de capitán. ¡Del United! Casi nada. Extraña que no haya llegado todavía la llamada de la Selección,
pero seguramente no tardará mucho.