El peor rival en plena marejada

Dudo que Abelardo (excentral blaugrana, por cierto) termine la temporada en el banquillo albiazul. Conociendo bien el percal, Querejeta no va a consentir que la racha de malos resultados continúe mucho tiempo. Y hay que visitar San Mamés y Mestalla y recibir a Real Sociedad y Girona. Si se sacan victorias y empates no habrá problemas, pero si se pierde, el máximo accionista sacará el hacha. La empatía entre las dos partes es nula. No le acaban de cuajar bien los técnicos a Querejeta.

Bordalás no se quedó porque nunca había entrenado en Primera, Pellegrino terminó con juicios y, salvo sorpresa, Cabello concluirá como inquilino del banquillo alavesista. Ya lo hizo tras las marchas de Zubeldía y

De Biasi y realizó una gran labor como interino.

No era el Barça un rival propicio para empezar a remontar, pero las intenciones iniciales del Pitu (demasiada gente de contención) dejó a las claras los deseos de nadar y guardar la ropa. Mucho cemento con tres centrales, algo inusual por estos lares. Querejeta quiere castigar la filtración de la noticia de la no continuidad del Pitu. Y cree que el responsable fue su representante o incluso el propio entrenador, molesto tras debilitarle el equipo en enero. Entre eso y el cisma social en la grada, se está ensuciando una temporada hasta ahora histórica.