Pamplona, a ritmo de San Fermín en mayo
Fiesta de Primera con la afición y las instituciones
Instituciones y una marea de aficionados se abrazaron ayer en una multitudinaria felicitación a Osasuna tras el ascenso a Primera, materializado el pasado lunes. Jugadores, técnicos y directivos disfrutaron a lo largo de una intensa tarde del cariño de una ciudad que desde la noche anterior se echó a la calle en una semana histórica. La fiesta arrancó a las 17:30, con el viaje en autobús desde El Sadar al Palacio de Navarra, la sede del Gobierno foral, y a las 19:00 la comitiva fue a la Plaza Consistorial.
Miles de personas en ambos espacios aclamaron, aplaudieron y vitorearon a los jugadores, que correspondieron a sus seguidores con saludos, saltos y sonrisas. Una vez ante el Palacio de Navarra los
jugadores accedieron al mismo encabezados por su técnico Arrasate, sorprendente animador de la fiesta, y empezaron a besar a los niños, fotografiarse con los seguidores, firmar autógrafos y chocar manos.
Las muestras de afecto se repitieron cuando finalizó el acto institucional, antes de partir hacia el Ayuntamiento de La última parada fue en la Capilla de San Fermín, donde se realizó una ofrenda floral al patrón. Al final, cena de grupo. Pamplona. La alegría se desbordó cuando salieron al balcón para saludar a la afición y entonar las canciones habituales en El Sadar, en una plaza desbordada como si del cohete de Sanfermines se tratara. La gente pidió que la plantilla dé el chupinazo el 6 de julio.
La presidenta de Navarra, Uxue Barkos, subrayó que el ascenso es fruto de “el compromiso, la dedicación y el esfuerzo”, tras una temporada “brillante” de un equipo “solvente”. El alcalde, Joseba Asiron, destacó la identificación de Osasuna con la ciudad. Y el presidente Sabalza, emocionado entre lágrimas dedicó: “No hemos ganado de cualquier manera. Osasuna es uno de los mejores embajadores de nuestra tierra”. El capitán Oier estaba afónico: “Lo hemos logrado gracias a la afición”.
HUBO OFRENDA AL PATRÓN