LAS CUENTAS Y EL CALENDARIO
La NBA reabre sus instalaciones... pero sin pistas sobre si se podrá salvar la temporada 2019-20, sean cuales sean el formato y las fechas. En realidad, lo que hace es adaptarse a las normas de cada estado, algunos embalados hacia el regreso a la actividad en una pelea desigual contra el coronavirus: en Georgia, por ejemplo, el gobernador republicano Brian Kemp invita a la reapertura mientras la alcaldesa de Atlanta, la demócrata Keisha Lance Bottoms, pide a los ciudadanos de la capital que sigan en sus casas “como si nada hubiera cambiado”.
La NBA espera certezas desde un punto de vista epidemiológico antes de tomar grandes decisiones. Mientras, navega esas aguas turbulentas, con franquicias en 21 de los 50 estados del país además de Canadá (Toronto Raptors) y el distrito de Columbia (Washington Wizards). Con algunas de esas zonas
(la citada Georgia, Oklahoma...) flexibilizando sus normas a partir del 1 de mayo, la Liga acepta que los equipos afincados en ellas reabran sus instalaciones de entrenamiento. Eso sí, solo a partir del día 8 y con un lote de normas estrictas. Los jugadores podrán realizar entrenamientos voluntarios siempre que no coincidan más de cuatro ni estén presentes miembros del cuerpo técnico. Las mascarillas serán obligatorias en todo momento excepto en el entrenamiento en sí, todos los trabajadores llevarán guantes, la distancia de seguridad será de cuatro metros, se prohibirá acudir a otros gimnasios
La NBA es consciente del abismo económico que supondría la suspensión. Los jugadores cobrarán con normalidad los cheques del 1 de mayo, pero a partir de los del 15 verán como el 25% de su sueldo va a un fondo común destinado a cubrir parte de las colosales pérdidas que podrían venir. La Liga, además, vería con buenos ojos retrasar el inicio del próximo curso para reducir el número de partidos sin público. y cada franquicia tendrá que nombrar un encargado de que sus instalaciones cumplan con los requisitos de seguridad.
Aunque algunos ven en estas medidas un rayo de esperanza, no parece próximo el regreso real de los equipos a los entrenamientos. La NBA no quiere hacer controles de forma masiva, consciente de la controversia que todavía rodea a la falta de test para la población. Y mientras que algunos temen por el desequilibrio competitivo que provocaría que unos equipos puedan entrenar y otros no, las franquicias han respondido a esta reapertura a medias con frialdad por una cuestión, por ahora, de simple preocupación por la salud de sus jugadores y empleados.
Mientras, los equipos de estados que apuestan por mantener el confinamiento buscan sus propias soluciones. Los Lakers, que ya han hablado con el alcalde de Los Ángeles, ultiman sus rutinas y preparan sus instalaciones de El Segundo, por si acaso. A los jugadores se les tomará la temperatura y tendrán que contestar a preguntas de médicos antes de bajarse de sus coches, todo el personal llevará guantes y mascarilla y los ayudantes que pasen balones en las tandas de tiro se pondrán también zapatillas esterilizadas; se instalarán dosificadores de geles hidroalcohólicos, los aparatos de las salas de máquinas se separarán varios metros, la comida se entregará a cada jugador en envases individuales y se establecerán medidos turnos de acceso. Después de cada sesión, de 90 minutos, se esterilizarán las instalaciones que se hayan utilizado. Un primer paso sin apenas, por ahora, atisbo de normalidad.
Diferencias Hay equipos en 21 estados, Canadá y Columbia
Control No podrán entrenar a la vez más de cuatro jugadores