Una rodilla le paró, habla seis idiomas y descubrió a Lucas Pérez...
■ Como Prosinecki, las lesiones condicionaron irremediablemente la carrera de Igor Jovicevic. Una calidad exquisita que demostró en aquel Real Madrid B que llegó a terminar sexto en Segunda
“Tenía ofertas de y más sitios”, recuerda Jovicevic, “quedaba un partido para acabar la temporada, con la Sub21 ante la Ucrania de Shevchenko...
y me rompí los cruzados en el minuto 13”.
Regresó a la vieja ciudad deportiva del Madrid para vivir una pesadilla. “Me operé en España y mi último año me lo pasé entero recuperándome, pero no podía flexionar la rodilla ni extenderla... Martín Vázquez se operó a la vez que yo y a los seis meses estaba jugando”, rememora. “Álvaro Benito y yo no nos recuperamos nunca”.
De promesa a ser casi un exfutbolista de 25 años. “Estuve casi tres años sin jugar, en el pozo”, dice, con la voz un punto quebrada. El milagro llovió del cielo de Zagreb.
“Me encontré con el actual doctor del Dinamo en una cafetería. Me habían visto especialistas de media Europa
y él me resolvió el problema en un día. En quince días estaba firmando un contrato...”.
Su carrera posterior le llevó a países como Japón y China, habla seis idiomas, antes de sufrir otra lesión de rodilla, esa vez con 31 años. Fue el fin. “No llegué a lo que podía haber sido, pero fue un éxito personal volver”, se enorgullece. Su vida como exfutbolista le llevó a ser jefe de fichajes del Lviv ucraniano. Allí le llegó un soplo y volvió a España, donde tenía varios bares en Marbella. “Era por Lucas Pérez, que estaba en el Rayo Vallecano B, fui a verlo y lo fiché... Mire, luego lo compró el Arsenal”. Ahora, tras pasar por la cantera del Dinamo de Zagreb, asume el mando total: “Es un reto enorme, el Dinamo es el Real Madrid de Croacia”.