AS (Aragon)

CARVAJAL Y RAMOS, BAJAS

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mejor manera posible, con la pelota bajo el brazo, haciéndole ancho el campo al Athletic con Rodrygo y Asensio, quizá sus dos extremos con mejor viaje de vuelta, y la autoridad de quien gobierna la competició­n. A los tres minutos, una falta lanzada por Asensio, rechazada de mala manera por Unai Simón y defectuosa­mente culminada por Carvajal y Benzema resumió ese despegue vertical del Madrid.

La cosa no fue a más, sino a menos. El Athletic lanzó a Williams, gacela entre leones, a la derecha y de ahí llegaron dos buenas ocasiones rojiblanca­s: un cabezazo potente y sin colocación de Raúl García y un disparo alto tras galopada del propio Williams con el Madrid muy desarropad­o por una pérdida de Benzema. El francés fue de una banda a otra, con sus virtudes de multidelan­tero, de jugador que trabaja muchos géneros. Es la filarmónic­a del Madrid.

Entre una y otra ocasión del Athletic se le fue también una a

Ramos y Carvajal vieron la amarilla casi al final. El central tras reclamar una falta no señalada sobre Militao y el lateral por discutir con Yuri. Ambos cumplen ciclo y se perderán el Madrid-Alavés del viernes. Lo mismo le sucederá a Raúl García, que fue amonestado y no jugará el Athletic-Sevilla de este jueves.

Rodrygo, que cabeceó mal una banana con bote de Asensio. El equipo de Garitano ya había perdido para entonces a Yeray por una lesión muscular. Este maratón no sale gratis. Y en el Madrid se redimía Militao, que le aguantó varios arranques a Williams. Una buena noticia para Mánchester. Por momentos, el partido fue víctima de la temperatur­a. Le llegó la hora de la siesta. El descanso cogió a los dos equipos medio dormidos, lejos de las áreas y de las sorpresas con la excepción de otro plátano de Asensio que se deslizó por la frente de Benzema en boca de gol.

Volvió del vestuario más animado el Madrid. Recuperó antes y se protegió mejor, pero siguió costándole explicarse en los últimos metros. Casi todo se quedó en el casi: casi remató a bocajarro Modric tras controlar con el pecho, casi se ve en un mano a mano Rodrygo con Unai Simon, casi caza una volea en buena posición Marco Asensio.

La entrada de De Marcos convirtió a Williams definitiva­mente en la proa del Athletic, pero el equipo de Garitano iba a mucho menos y el Madrid moderadame­nte a más cuando llegaron las dos jugadas cruciales del partido. Primero, un pisotón de Dani García a Marcelo, con el balón en juego. Penalti recetado por el VAR a González González y gol de Sergio Ramos. Después, otro pisotón del propio Ramos a Raúl García, a 20 metros del balón e involuntar­io. Pero penalti. Esta vez hizo la estatua Gil Manzano desde su burbuja en Las Rozas. El invento se tambalea por falta de criterio.

Después ya pasó poco. El Athletic estaba seco de piernas y de ánimo y el Madrid no sentía enemigo alguno en el cogote. Aún tuvo Benzema, que tiende a infinito, la sentencia. La que está a punto de dictarse en esta Liga.

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