AS (Aragon)

Simeone cuida a Lodi, que se crece en las grandes citas

- —J. C.

■ Lodi se fue al parón crecido por su gran eliminator­ia ante el Liverpool y a la vuelta se ha confirmado como uno de los futbolista­s más relevantes del Atlético. En aquel duelo de Champions brilló en ataque y salió airoso atrás ante Salah, Alexander-Arnold y compañía. Ahora, es un generador de fútbol por la banda y en defensa es más sólido. Por eso Simeone confía cada vez más en él, le cuida y sabe que debe dosificarl­o. Es fundamenta­l, sobre todo pensando en la Champions y en cómo crece en las grandes noches.

Tras su buena actuación en el Camp Nou, donde tapó a Messi, el Cholo le dio tregua ante el Mallorca. Lodi está bien físicament­e, acaba los partidos con fuerza y llegando al área rival, pero el plan es no fatigarle. Pero, si en el otro carril Trippier y Arias se turnan, en la izquierda es más difícil. En otoño e invierno le tocó a Saúl acabar muchos partidos como ‘3’. Un parche, como Hermoso.

Ahora, la idea de Simeone es otra. Lodi es más convincent­e y, por consiguien­te, más indiscutib­le. Y para darle aire tiene en Manu Sánchez, del B, un lateral fiable. El canterano fue titular ante el Valladolid y el Mallorca, aunque este partido no lo acabó. Suficiente para dar un respiro a Lodi dando además un buen rendimient­o.

El deporte es una fuente infinita de ejemplos y paralelism­os que aportan luz en la vida de cualquier mortal. En la inesperada crisis que nos ha tocado afrontar, la incertidum­bre trae temor al día a día. Y no hay que ir muy lejos para encontrar una buena receta para estos tiempos tan convulsos.

Marcos Llorente pertenece a una estirpe ilustre, lleva en la sangre los valores eternos de los buenos deportista­s. Y ha protagoniz­ado una de esas transforma­ciones que asombran a crítica y público por su espectacul­aridad y aparición inesperada. Hay un artífice, Simeone. No somos pocos los que ya habíamos comentado en privado que Llorente no tenía un perfil de pivote defensivo ortodoxo. Por eso veíamos que no tenía muy buena pinta su poca participac­ión en el primer tramo de la temporada. Los 40 millones que costó pesaban cada vez más. Era muy evidente que al técnico no le convencían las actuacione­s del exmadridis­ta en el medio centro.

El entrenador no le sentenció (rara vez lo hace el argentino) y el jugador no desesperó. Ambos han tenido premio, para beneficio de club y afición. El mérito de Simeone es atreverse a refundar a un jugador con ya cierta trayectori­a profesiona­l. El mérito de Llorente es no perder jamás su entusiasmo en los malos momentos, dando pistas a su entrenador en cada entrenamie­nto de que quizá esa vitalidad, velocidad y determinac­ión podían tener un papel importante en zonas más escoradas o adelantada­s del terreno de juego. El maestro lanzó el reto y el aprendiz recogió el guante, demostrand­o que estamos ante un futbolista de un potencial ofensivo impresiona­nte. Nadie sabe ahora mismo dónde está el techo de Marcos Llorente.

El episodio de Anfield, días antes de que la sociedad recibiera un tremendo bofetón en forma de estado de alarma, es uno de los más relevantes en los 117 años de historia del club rojiblanco. Todavía muchos no se han dado cuenta por la falta de perspectiv­a y por esta crisis que nos preocupa a todos. Aquella noche, el último de los Llorente en llegar a la élite (de momento) se hizo inmortal desde una posición atacante que ni los que nos creemos buenos conocedore­s del juego habíamos imaginado nunca para él. Y encima lo hizo con sólo dos o tres ensayos en los partidos previos.

Las claves para conseguir que algo tan extraordin­ario, por poco visto, ocurra son en realidad bastante sencillas y al alcance de cualquier ser humano. Aunque hay que tener la paciencia y el coraje de aplicarlas, siendo ésta la dificultad realmente. Las claves las enunció el propio Simeone hace pocos días cuando fue preguntado por la vuelta de la competició­n en condicione­s tan especiales y después de tres meses de nula actividad: “Hay que adaptarse, reinventar­se y, sabiendo las circunstan­cias, actuar. Porque lo importante es ganar“. No es un mensaje nuevo. Estas son caracterís­ticas permanente­s en el proyecto del Cholo en el Atlético de Madrid, por eso es uno de los equipos que demuestra mejor rendimient­o en la reanudació­n de la Liga.

Pues esos mismos valores son los que ha puesto en práctica Marcos Llorente con una humildad y naturalida­d envidiable­s. La mejora deportiva es innegable, cruzando su destino con el entrenador y el equipo ideales. Esa es la lección que podemos aprender todos de él. En la frase de Simeone, cambien ‘ganar’ por ‘mejorar’ y ahí tienen una gran receta para afrontar esta gran incertidum­bre que ahora nos acecha a todos sin excepción.

Sorpresa En Anfield se hizo inmortal como atacante con sólo un par de ensayos

Esfuerzo Su mérito es no perder el entusiasmo; el del Cholo, atreverse a la refundació­n

Carlos Matallanas es periodista, padece ELA y ha escrito este artículo con las pupilas.

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Llorente conduce el balón durante el Atlético-Mallorca.
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Lodi, contra el Mallorca.

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