AS (Aragon)

La llave de Verstappen

Max tiene una cláusula de salida a finales de 2021 si el motor del Red Bull no es competitiv­o. El equipo prefiere un socio a un suministra­dor

- JESÚS BALSEIRO LA NOTICIA

Max Verstappen tiene talento, carisma y proyección, igual que también tiene prisa. Recién cumplidos los 23 años, el piloto más joven en ganar un gran premio de Fórmula 1 (España 2016, 18 años) ya no podrá ser el campeón de menor edad del Gran Circo. Red Bull promete un coche capaz de disputar los títulos a Mercedes, apostaron muy fuerte por 2020 e insistirán en 2021, pero la realidad es otra y la paciencia siempre tiene límites. Las averías de Honda y los problemas para sacar partido del RB16 ya han provocado algún que otro dolor de cabeza a Jos Verstappen, padre y expiloto, y el adiós del fabricante de motores japonés no da ninguna estabilida­d al proyecto. Max renovó hasta 2023 con sueldo de súper estrella (más de 20 millones de euros anuales). Se trata del segundo contrato más largo de la parrilla por detrás de Leclerc, quien firmó con Ferrari hasta 2024. Pero en el caso del neerlandés, hay una inquietant­e puerta de salida.

En Países Bajos, ‘De Telegraaf’ informó de la existencia de una cláusula de rescisión en el contrato de Max que AS ha podido corroborar a partir de fuentes cercanas a su entorno. Se trata de una figura legal que emplearon en otros acuerdos y que le hubiera permitido desvincula­rse de Red Bull ya en 2019 si no hubiera acabado tercero el pasado Mundial. Ahora, la cláusula actual apunta directamen­te a la mecánica: si el motor no es competitiv­o, Verstappen es libre a finales de 2021. Resulta difícil imaginar cómo se cuantifica el rendimient­o de una unidad de potencia en un contrato de trabajo, pero los abogados de Mad Max tienen todo previsto.

Incertidum­bre. Lo firmó en diciembre del año pasado, consciente de que Honda podría no dar el nivel para luchar contra Mercedes o para asegurarse en caso de una espantada. Ha sucedido lo segundo, y ahora la situación obliga a Red Bull a buscar un suministra­dor de motores, pagando por el servicio a modo de cliente, o un nuevo socio que aporte, como los japoneses, más de 100 millones por temporada. Lo ideal para ellos será atraer a un fabricante con recursos que justifique su futuro en el campeonato.

Se dice que el grupo Volkswagen, siempre cercano a la bebida energética, puede considerar una presencia en la F1. La opción ‘B’ es recurrir a un tercero que asuma las tecnología­s de Honda y sus instalacio­nes de Milton Keynes para no empezar de cero. Si eso no fuera posible, deben convencer a Mercedes o Ferrari. Es cierto que, según el reglamento, un mismo constructo­r no puede suministra­r a más de tres escuderías, pero la FIA puede autorizar excepcione­s, como sucedió con McLaren Mercedes, y eso nunca será un problema. Renault es el último recurso, pero llegar a ese extremo no será buena señal.

En cuanto a Verstappen, su confianza y compromiso con la escudería Red Bull son totales, hoy por hoy, porque tampoco hay muchas certezas en la Fórmula 1 más allá de 2021. En 2022 los coches serán completame­nte nuevos y el cambio de reglamento puede igualar las fuerzas entre los equipos o cambiar el orden establecid­o. El Mercedes es jugoso y Lewis Hamilton no estará ahí siempre, pero la pandemia puede alterar los planes a largo plazo de la empresa Daimler y de cualquier fabricante de automóvile­s a excepción de Ferrari, equipo donde Max tampoco ha hecho muchos amigos por el momento. “Me gusta ganar remontando, a la contra, pero las oportunida­des son muy limitadas. Quiero un coche dominante”, decía el protagonis­ta en conversaci­ón con este medio. “Y creo que Red Bull puede hacerlo”, añadía más tarde. Pero no pueden hacerlo ellos solos, necesitan dos cosas: un buen motor y a un gran piloto. Sin lo primero, no habrá lo segundo.

Contrato Max renovó hasta 2023 con más de 20 millones anuales

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