Laporta estuvo a punto de caer en 2008

Cuarenta y dos días después de presentarse en las oficinas del Barça para iniciar el trámite de un voto de censura contra Josep Maria Bartomeu, presidente del Barça, y toda su Junta directiva (“no pueden estar un minuto más al mando del club”), el precandidato Jordi Farré exclamó a las 12:00 horas de ayer en las redes sociales y en la explanada del Camp Nou: “¡Objetivo conseguido!”. La plataforma Més que una Moció, integrada por tres precandidatos a la presidencia (el mismo Farré, Lluís Fernández Alá y Víctor Font) y ocho grupos de opinión, rebasó de largo las 16.521 firmas necesarias para activar el voto de censura contra Bartomeu. De hecho, la Mesa presidida por Josep Maria Vallbona ya ha validado 18.090 papeletas.

Aunque la cifra exacta de firmas se conocerá hoy a mediodía, el Voto de Censura ya es una realidad. Esto significa que, salvo que Bartomeu presente su dimisión, la Mesa del Voto de Censura deberá fijar una fecha, no posterior al 5 de noviembre, para que los socios desaprueben, o no, la gestión de Bartomeu. De momento, la Mesa del Voto de Censura ya ha elevado una consulta al Procicat (Plan Territorial de Protección Civil) de la Generalitat para conocer en qué condiciones podría dar luz verde al proceso de voto. Para que el Voto de Censura prospere, hay dos condiciones sine qua non. El

■ El primer Voto de Censura de la historia del Barça data de 1998. Fue contra Josep Lluís Núñez e impulsado por el Elefant Blau, la plataforma que hizo saltar a la fama a Joan Laporta. Se recogieron 6.014 firmas, entonces suficientes, y se convocó un referéndum. Sólo un 35,52% de los primero, que vote un 10% de los casi 110.000 socios con derecho al sufragio, un trámite. El segundo, que dos tercios de los votantes bajen el pulgar a la gestión de Bartomeu y su Junta directiva.

Si la moción de censura fuese un videojuego, estaríamos en la cuarta pantalla. Jordi Farré inició los trámites (1), se socios votó a favor (como a día de hoy, el Elefant Blau necesitaba dos tercios de los sufragios favorables para derrocarlo) de la moción y era necesario un 66,6%. Los dos siguientes procesos ni se votaron porque no recogieron las firmas suficientes. Las propusieron Iván Carrillo (2002) y entregaron 20.687 firmas (2) y se han validado, de momento, 18.090 (3). La cuarta fase pasa por el anuncio de la fecha y las condiciones pactadas con el Procicat.

La Junta del Barça tiene previsto reunirse a principios de la semana que viene. Nadie suelta prenda, pero hay dos corrientes abiertas. Una, encabezada

Ramón Fusté (2003). Pero Gaspart quedó muy tocado. En 2008, Oriol Giralt quiso derrocar a Joan Laporta. Superó de largo las 5.882 firmas necesarias (9.473). Un 60,60% votó contra la gestión del presidente. Insuficiente para descabalgar a un presidente que pasó del límite a la gloria. entre otros por Xavi Vilajoana, considera que es el momento de dar un paso a un lado, dimitir y acelerar el proceso electoral. Otra consideraría una irresponsabilidad dejar en manos de una Comisión Gestora (Carles Tusquets estaría al mando) el gobierno del club un plazo de tres meses hasta que hubiese una convocatoria de elecciones. Jordi Moix, vicepresidente económico que ha estado dos días de tour por los medios explicando el cierre del ejercicio 2019-20 y abriendo el melón de la nueva financiación del Espai Barça, que ha pasado de los 600 millones a los 815 millones de presupuesto bajo el mandato de la financiación de Goldman Sachs, se mostró enigmático el lunes. “No descarto nada”, afirmó.

Algunas fuentes de la directiva consideran que Bartomeu no presentará la dimisión justo ahora que ha notificado oficialmente a empleados y profesionales que deberán rebajarse de nuevo el sueldo. Pero todo eso son especulaciones que no se resolverán hasta la próxima semana. De momento, el Voto de Censura ha arrancado en otro inesperado episodio histórico en el Barcelona.

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Dimisión El presidente se lo piensa pero aún no ha decidido