Los finales en alto de la Vuelta, sin público
La ronda española pide a los aficionados que vean la cita en la tele
■ La Vuelta 2020 (20 de octubre al 8 de noviembre) ultima sus detalles para el comienzo de la carrera, con especial atención a las medidas sanitarias y restricciones que minimicen el riesgo. Y ayer se anunció una muy llamativa y casi desconocida en el ciclismo prepandemia: los finales en alto de la carrera no permitirán público. Esto significa que cimas míticas como el Tourmalet, el Angliru, La Farrapona o La Covatilla no contarán con la presencia de aficionados. Ya se conocía que Arrate, meta de la jornada inaugural, y el puerto de Orduña, en la también vasca séptima etapa, iban a contar con esta restricción.
La finalidad de la medida es cumplir un exigente protocolo validado por la Unión Ciclista Internacional y por las diferentes consejerías de salud de las comunidades autónomas por las que pase la prueba. “La carrera que más medidas sanitarias va a tener”, anuncia su director, Javier Guillén, que no oculta que algunas de esas restricciones “serán extremas”. De hecho, ya se ha anunciado que no habrá presentación de equipos, que se eliminan acciones como el Parque Vuelta o la caravana publicitaria, y que el parking de los autobuses de los equipos, habitual punto de encuentro entre aficionados y corredores, será totalmente cerrado.
Porque desde la organización ya se ha lanzado una campaña clara: #LaVuelta20 en casa. El objetivo es que los aficionados disfruten la carrera en la televisión y se produzcan las menores aglomeraciones posibles, ya que los lugares en los que sí se permita público sufrirán rigurosos controles de aforo. Todo, para que la cita se celebre, algo para lo que “a día de hoy no existe una limitación”, aunque se es consciente de que pueden surgir obstáculos “que se intentarán sortear porque es una carrera flexible”.
Vegni
El director de carrera asegura que el objetivo aún es llegar a Milán