Un oro que no fue
María Vicente brincó por encima de los 6,50, pero vio cómo un auxiliar borró la marca de su salto antes de la medición
Lo sucedido en el foso del salto de longitud femenino es difícil de explicar. Surrealismo sería la palabra. María Vicente, recientemente coronada campeona de pentatlón, realizaba un primer salto largo, por encima aparentemente del 6,50 (ella tiene como mejor marca personal 6,55) lo que podría ser suficiente para ganar la medalla de oro. Talonamiento ajustadísimo, sin dejarse ni un centímetro de tabla antes de la plastilina. Vuelo majestuoso y aterrizaje colosal. La jueza examina y levanta bandera blanca, pero antes de que se mida el salto... estupor al ver que los dos asistentes de foso, voluntarios que arreglan la arena con el rastrillo entre saltos, han borrado la marca de la talentosa catalana de 19 años. Tensión, incredulidad entre los asistentes y entendible enfado monumental de su entrenador, Ramón Cid, exdirector técnico de la RFEA.
“Ha sido válido”, explicaba María casi al aire intentando entender qué estaba pasando. “Tienes recursos de sobra”, le decía Cid para espantar los fantasmas que habitaban su cabeza y que la podían sacar completamente de sus rutinas afectando a la concentración. Pero la surrealista situación no era fácil de aceptar. La superlativa atleta nacida hace 19 años en Hospitalet de Llobregat estaba tocada, sabía que su vuelo inicial tenía valor de oro.
“Es una situación difícil de digerir, ha sido todo un caos. Ahora estoy mejor, más calmada. Era un salto largo y debo quedarme con eso. Me ha sacado de la competición y me ha descentrado. Venía con la mentalidad de hacer uno o dos saltos e ir pasando por los siguientes salvo que Diame hiciera uno muy bueno e intentar rebatírselo, pero tuve que saltar los seis. No sé cuánto hubiera conseguido, pero sé que tengo un gran salto en las piernas y espero que salga en el Europeo de Torun”, explicaba María al final de una competición en la que fue bronce tras Diame y Ebosele. “Entiendo la frustración, pido disculpas por este error humano. Trabajaremos para mejorar la coordinación y que no vuelva a pasar”, transmitía Raúl Chapado, presidente de la RFEA, a María y a su entrenador.
Surrealista “Es una situación difícil de digerir, ha sido todo un caos”