El ‘play in’ amenaza al campeón
Los Lakers tienen muy difícil escapar de la nueva ronda que precederá a los playoffs
La NBA creó el play in para meter picante a su calendario, poner más cosas en juego en el final de la fase regular (esta vez, cosas de pandemia, 72 y no 82 partidos por equipo) y crear un nuevo hito con la bendición de sus socios televisivos. Esta vez no se clasifican para los playoffs directamente los ocho mejores de cada Conferencia, sino que lo hacen seis de forma automática y los últimos dos billetes requieren una eliminatoria previa.
La tenemos encima. El domingo acaba la fase regular, entre el 18 y el 21 se juega ese play in y el 22 arrancan los playoffs. En cada Conferencia, cuatro equipos (séptimo, octavo, noveno y décimo) se disputarán dos plazas así: séptimo y octavo jugarán un partido en pista del primero. El ganador accederá a playoffs como séptimo. El perdedor jugará en su pista contra el que haya ganado un partido entre noveno y décimo.
De ahí saldrá el octavo, el último en playoffs.
El sistema ha funcionado porque, efectivamente, hay ruido en peleas por posiciones que antes eran muchas veces irrelevantes. Pero también porque las cosas han salido a pedir de boca a nivel mediático: en el Este flirtean con el play in los dos últimos finalistas de Conferencia, Miami Heat y los históricos Boston Celtics. Y lo jugarán Hornets y, salvo cosa rara, los Pacers y los Wizards de dos grandes estrellas como Bradley
Beal y Russell Westbrook. En el Oeste, la cosa todavía tiene más calor: el campeón, los todopoderosos Lakers, son séptimos y están casi condenados a esa ronda previa a pesar de su última victoria, de mucho mérito, contra Phoenix
Suns (123-110). Y tienen muchas papeletas de jugar (son séptimo y octavo) contra los Warriors en lo que sería una reedición de los duelos LeBron James-Stephen Curry. Grizzlies y Spurs apuntan a completar un play in por el que todavía pelean los Pelicans del magnético Zion Williamson, ahora lesionado.
¿Qué hacen los Lakers en el séptimo puesto del Oeste? Navegar como pueden por una temporada maldita: de 68 partidos (38-30, a un triunfo de los Blazers para huir del play in), LeBron James se ha perdido por ahora 25 (sigue de baja por un problema de tobillo) y Anthony Davis ha faltado en 36. Eso sí, si LeBron vuelve en plenitud y se une a un Davis ya recuperado, los Lakers serían el terror en playoffs: los mejores clasificados del Oeste, Utah Jazz y Phoenix Suns, pueden encontrarse a los angelinos en una primera ronda envenenada.
Nadie ha ganado el título desde más abajo del sexto puesto de Conferencia de Houston Rockets en 1995. El equipo de Hakeem Olajuwon y Clyde Drexler llegó a la final tras derrotar sin factor cancha, en el Oeste, a tres equipos (Jazz, Suns y Spurs) que habían ganado 60, 59 y 62 partidos. Los Lakers están tocados, pero no hundidos. Porque como dijo Rudy Tomjanovich, el entrenador de aquellos milagrosos Rockets que acabaron repitiendo título tras el sumado en 1994, “nunca subestimes el corazón de un campeón”.
Hay ahora muchas opciones de que Lakers y Warriors se midan en el ‘play in’