MÜLLER SIGUE GAFADO EN LA EURO
Thomas Müller tuvo en sus botas un mano a mano clave ante Pickford que falló para alargar su mala racha en las Eurocopas, donde todavía no ha marcado en quince partidos. Contrasta muchísimo con los diez goles en dieciséis partidos de Mundiales.
Aeste nivel ni Inglaterra ni mucho menos Alemania, que se ha ido para casa, están para ganar esta Eurocopa. El peor partido de la Eurocopa se resolvió, casi en el último suspiro, por dos balones empujados por Sterling y Kane, únicos goleadores de una selección que se está acostumbrando a conformarse con lo mínimo, pero el resultado no puede engañar a nadie. Si Jack Grealish no hubiese saltado al campo en los últimos 20 minutos, la cosa podría haber sido bien distinta. Pero lo hizo y cambió la historia. Gareth Southgate se desquitó de su fallo en el penalti del 96 y se impuso a los alemanes con un conjunto que no enamora, ni siquiera tontea, pero que cuatro partidos después sigue sin encajar un solo gol.
Sobre el terreno de juego se vio todo el respeto que no se escuchó antes del partido, pues la grada inglesa, en un alarde de gallarda caballerosidad, abucheó sin pudor el himno alemán. La rivalidad entre Inglaterra y Alemania, pese a lo descompensada que está la historia a favor de los alemanes, a los que no ganaban en competición oficial desde hace 55 años, va más allá del fútbol, pero eso no impide que también cale en el deporte.
Ya con el balón en los pies, sorprendió (o no) que Southgate se doblegase al clamor popular que le pedía reestructurar al equipo y blindarse atrás. Los Three Lions salieron a Wembley sintiéndose una selección menor, sin darse cuenta