Bueno para Sergio, bueno para París

Como aficionado del Racing Club de Lens desde que tengo uso de razón, debo reconocer que no me cae nada bien el PSG. Y menos desde que el club de la capital de mi país pertenece al 100% a un estado extranjero (Qatar). Sin embargo, la ahora más que probable llegada a París de Sergio Ramos me está llenando de alegría. Porque me gusta que nuestro tan querido capitán madridista siga al más alto nivel, en un club muy ambicioso y con reales posibilidades de agrandar su leyenda con nuevos trofeos (entre ellos la tan ansiada Champions). Sergio es un jugador que mis compatriotas respetan y admiran y no tengo ninguna duda de que recibirá una cariñosa acogida en Francia. Por supuesto que tendrá que luchar por un puesto, porque Marquinhos y Kimpembe están muy bien instalados en el eje central del equipo titular de Mauricio Pochettino, pero del otro lado de los Pirineos ya se está hablando de la posibilidad de montar una defensa de tres. En cualquier caso, es evidente que Ramos no va a ir ahí para ser un “extra” como en las películas.

Este fichaje aparece también como una magnífica noticia para el PSG, que todavía carece de un gran líder entre sus filas. Algo que le ha impedido, entre otras cosas, conquistar la Copa de Europa. También se espera de Sergio que su profesionalismo y su competitividad “contamine” al resto del grupo porque, en Francia, se piensa que el comportamiento de Neymar, la gran estrella del club, ha tenido a veces efectos negativos sobre la dinámica de trabajo. Si Mbappé se queda, se agradecerá que se fije en el defensa español para madurar y dejar de lado sus tendencias egoístas. Además, y no es poco, la Ligue 1 mejora su imagen y se convierte en un campeonato más atractivo. En definitiva todo el mundo sale ganando. Salvo, quizás, el Madrid.