Futbolistas con oficio
Orozko, Obieta, Larrucea, Saizar, Zarrabeitia y Marino se han visto obligados a abandonar sus trabajos por el fútbol profesional
Esta histórica aventura zornotzarra en el fútbol profesional conlleva algunos cambios. El más significativo fue la obligada mudanza a Lezama. Además, seis de los artífices del heroico ascenso a Segunda han tenido que aparcar temporalmente sus trabajos, para dedicarse cien por cien al deporte rey. De entrenar a las 16:30 horas el pasado año en Segunda B, a ejercitarse a las 10:00 este curso. Todos coinciden en que la vida les ha ido a mejor.
Iñigo Orozko (Donostia, 28 años) vive su primera experiencia en la élite en su cuarta temporada en Amorebieta. El pasado curso era profesor de Educación Secundaria de Biología y Geología en un instituto. Algo que no suponía dificultad alguna para el fútbol semiprofesional, ya que salía a las 14:00, comía en casa, y llegaba a entrenar sin ningún problema. “Ha sido un cambio drástico, te cambia la vida totalmente. La vida de jugador profesional se ciñe a estar disponible para el club. Pero luego tienes también mucho tiempo para ti y para ocio”, resume.
Profesor. Koldo Obieta (Gernika, 28 años) también ejercía como profesor de Secundaria haciendo sustituciones, incluso alguna vez en el Bachiller. Al igual que Orozko, su horario de 8:00 a 14:00 le permitía acudir a las sesiones de trabajo. “Se echa de menos a los chavales”. Sabe que tarde o temprano volverá a dar clases porque “el fútbol no es para toda la vida”.
Gorka Larrucea (Gernika, 28 años) es el tercero de los tres azules que se dedicaban a la enseñanza, de Educación
Primaria e Infantil. Su horario era algo más apretado, ya que terminaba a las 16:30 y “llegaba muy justo a entrenar”.
Mikel Saizar (Ibarra, 38 años) es el único de estos seis que ya había experimentado el fútbol de élite, tanto de Primera como de Segunda. Antes apenas tenía tiempo libre: “Las mañanas iba a la pastelería familiar a Tolosa a trabajar varias horas, de 8:00 a 10:00. Luego por la tarde venía a entrenar a Urritxe y después, corriendo el primero para entrenar al femenino del Eibar a las 19:00”. Días ajetreados que terminaba a las 23:00 y confiesa que le dejaban “hundido, como el Titanic”. Mikel Zarrabeitia (Galdakao, 28 años) llevaba un año como monitor de gimnasio en Amorebieta. Unai Marino (Ondarroa, 21 años) trabajaba en el gimnasio de su primo como coach de Crossfit.