Por ahora, sólo un Big Two
Los Nets prescinden de Kyrie Irving por su negativa a vacunarse ● El díscolo base podría perder 200 millones
La temporada 2021-22 de la NBA arrancará en cuatro días con la mayor sensación de normalidad de la que ha disfrutado en casi 20 meses, un tramo de colisión tremenda con la pandemia, gracias a un proceso de vacunación que no ha podido hacer obligatorio en los equipos porque se encontró con la negativa tajante del sindicato de jugadores (NBPA). Y eso ha acabado en un verdadero torbellino mediático mientras el porcentaje de jugadores vacunados ascendía de un 90% cuando arrancó la pretemporada al 96% actual.
El gran díscolo, Kyrie Irving, sigue sin vacunarse. Y su postura ha desembocado en una de las situaciones más estrambóticas de la historia de una NBA que esta temporada cumple 75 años: ha sido apartado por Brooklyn Nets y no estará con el equipo mientras mantenga su negativa a vacunarse. Así que el big three atómico que tenía que convertir a los Nets en el favoritísimo al título se ha quedado hasta nuevo aviso en big two: James Harden y el divino Kevin Durant. Nueva York tiene, como Los Ángeles y San Francisco, normas que impiden a los jugadores no vacunados estar en los partidos de sus equipos en casa, eventos masificados en interiores por definición. Así que el problema era peliagudo desde el principio.
Kyrie tiene 29 años y lleva una década en una NBA en la que no ha habido muchos talentos ofensivos como él. Siete veces all star, fue campeón en 2016 como escudero de LeBron James. Pero se fue de Ohio porque la sombra del Rey se le hacía demasiado larga, acabó a tortas en un histórico como Boston Celtics y ahora ha puesto en jaque el proyecto faraónico de los Nets. Con él llueve sobre mojado, aunque es cierto que es un tipo cuya cara buena es buenísima, capaz de comprarle una casa a la madre de George Floyd, hacerse con regalos de Navidad para 200 niños o repartir comida para 250.000 personas en situación de exclusión durante Acción de Gracias. Pero también es el excéntrico verso suelto (a veces hasta la parodia) que puso la NBA del revés con sus teorías terraplanistas y un vicepresidente del sindicato de jugadores que antes del reinicio de la burbuja de Florida abogó por el boicot y planteó la creación de una competición paralela.
Los Nets no querían una estrella a tiempo parcial: Kyrie iba a perderse como mínimo los 43 partidos del equipo en Nueva York (41 en su pista y dos visitas a los Knicks). Así que le han dejado fuera también de los que disputen a domicilio. Apartado pese a su extraordinario talento, las aspiraciones del equipo y su amistad con un Durant con el que planeó el salto conjunto, en 2019, a Brooklyn. No cobrará por los partidos en Nueva York, cada uno 380.000 dólares que se van al limbo. Si no juega en toda la temporada que está a punto de empezar, se habrá dejado casi 17 millones sin percibir de un salario de 35. Y, lo que es peor, los Nets han aparcado sine die la negociación para una extensión de contrato que iba camino de ser de cuatro años y casi 182 millones.
Así que Kyrie puede perder, en total, unos 200 millones mientras se gana legiones de enemigos en un país en el que la desinformación ha decidido muchas batallas y ha reducido el porcentaje de vacunación, especialmente entre la comunidad afroamericana. Y en el que se han superado las 700.000 muertes oficiales vinculadas a la COVID. Sus explicaciones, a través de Instragram, tampoco han ayudado a su causa, sea la que sea: “¿Creéis que quiero abandonar mi sueño de ganar otro título de la NBA? ¿Creéis que quiero simplemente quedarme sin trabajo? Si eliges vacunarte, yo te voy a apoyar. Y sigo rezando por aquellos que han perdido a seres queridos por culpa de la COVID, no soy un anti vacunas. Es una cuestión de lo que creo que es mejor para mí. Todo esto es una locura, no he cometido ningún crimen”.
Algunos creen que Kyrie cederá, otros coquetean con el fantasma de la retirada; la NBA lidia con un asunto muy delicada para su imagen pública y los Nets tratan de avanzar en un clima totalmente enrarecido. Por ahora, solo con un big two.
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