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Metroid regresa con una nueva entrega, la quinta de la saga, que recupera las dos dimensiones
EI estudio madrileño MercurySteam ha sido el encargado de devolver a Metroid su esencia original y no solo por el regreso a las dos dimensiones, sino que también ha potenciado ese factor explorador y ese sentido de desafío que caracterizó a las primeras entregas.
Manejo sencillo. Uno de los puntos fuertes del juego es su control, que es sensacional. Moverse, apuntar o emplear un determinado objeto está perfectamente balanceado; todo se hace de una manera muy intuitiva y con una gran precisión. Ello no significa que sea un juego fácil, ya que el espléndido diseño de niveles y unos jefes finales que van a dar guerra suponen todo un reto para aquellos menos duchos en este género.
■ Precio: 59,99 ¤
■ NSW
Metroid Dread se pude finalizar en unas veinte horas, alguna menos si se es veterano en la saga. Superar ciertos enemigos requerirá de paciencia y de emplear la táctica de ensayo y error, aunque morir no será tan frustrante como en otros juegos de este tipo gracias a un sistema de recuperación de partida bastante razonable
En el aspecto gráfico está muy bien trabajado, destacando tanto el modelado de Samus como las texturas de los escenarios. Posee una enorme fluidez y hay muy pocas ralentizaciones .
Backtracking. Una de las señas de identidad de la saga es la obligatoriedad de recorrer una y otra vez los escenarios una vez que se obtienen determinadas mejoras. Esta entrega se mantiene fiel a ese espíritu y además elimina el sistema de teletransportadores de Samus Returns. Aunque hay un mapa y ciertas ayudas que señalan puntos clave en la aventura, la orientación es importante porque se trata de un progreso no lineal.