De Tomás baja la persiana de una temporada bipolar
El goleador será baja en Granada
Los últimos minutos del primer tiempo entre Espanyol y Valencia, el pasado sábado, son una foto del final de temporada de Raúl de Tomás, quien en cuestión de segundos forzaba con una clara falta la quinta amarilla, que le impedirá jugar contra el Granada, y era capaz de anotar, en su único disparo del encuentro, su decimoséptimo y definitivo gol en esta Liga.
Ha sido una temporada magnífica desde el punto de vista numérico para el madrileño, que ha alcanzado sus máximas cotas en Primera, que se situaban en los 14 goles que anotó con el Rayo tres cursos atrás. Los ha repartido, además, en 17 encuentros distintos, algo que en clave perica tan solo había logrado Rafa Marañón hace exactamente 45 años. Fue en aquella campaña 1976-77 cuando alcanzó el legendario jugador de Olite el récord realizador de un perico en una misma Liga: 22 goles. En este siglo, el único que ha superado a RdT fueron los 19 de Raúl Tamudo en la 2003-04.
La otra cara del delantero han sido no solo las expulsiones ante Athletic y Betis, instantes de desconexión, sino los momentos de agitación extradeportiva que ha acumulado en este tramo final. Desde su enganchón con unos socios en las redes sociales a su desencuentro con Vicente Moreno, que él mismo solventó en Instagram, pasando incluso por el desmentido que tuvo que hacer la pasada semana sobre su hipotético fichaje por otro equipo de LaLiga.
Precisamente, y a expensas también de la Selección y la Nations League, queda ahora su futuro en el aire, en función de sus aspiraciones y de la conveniencia de un Espanyol que hoy lo tasa en 70 millones de euros, prácticamente su cláusula (75), pero que tiene la intención de ejecutar ventas para moverse en el mercado.
Cara y cruz Termina con 17 goles, una apatía irreconocible y un futuro incierto