Amor recíproco entre Cancelo y el Barcelona
El lateral ha encajado como un guante en el club
João Cancelo (29 años) llegó al Barcelona este verano cedido por el Manchester City y con una fama de jugador díscolo y de difícil convivencia en los vestuarios. Su abrupta salida del Manchester City en invierno del 2022 tras enfrentarse a Pep Guardiola y su irrelevante cesión de seis meses al Bayern de Múnich, donde tuvo problemas con algunos veteranos del equipo bávaro, parecían abonar esta teoría. Pero nada más lejos de la realidad. Cancelo ha encajado como un guante en el vestuario del Barcelona.
El cariño entre el jugador y la entidad es recíproco. El futbolista portugués no esconde que quiere quedarse en el club, ya sea ampliando su contrato de cesión un año más o siendo comprado por el club catalán, y el Barça, por su parte, quiere mantener al lateral. Lo que pasa es que la situación económica del club limita las opciones anteriores a la de alargar la cesión, porque el equipo, de momento, no tiene músculo financiero para afrontar lo que podría pedir el Manchester City.
Nada más acabar el partido del sábado ante la UD Las Palmas Cancelo manifestó en sus redes sociales un mensaje inequívoco: “Siempre es un placer jugar por este club”. Unas palabras que llegan después de que en diversas comparecencias ante los medios de comunicación tanto el presidente Joan Laporta, el vicepresidente deportivo Rafa Yuste y el director deportivo Deco hayan manifestado el claro interés de la entidad para mantener la próxima temporada en nómina tanto a Cancelo como a João Félix, ambos representados por Jorge Mendes, agente muy cercano al máximo dirigente barcelonista.
Xavi.
La valoración del entrenador también es absolutamente positiva respecto al jugador. Xavi desmiente a quien le pregunte la supuesta conflictividad que planeaba sobre el jugador y destaca que es un compañero ideal en el camerino blaugrana, donde se ha hecho un sitio por derecho propio.
El problema es que el futuro de Cancelo en el Barcelona no depende ni del jugador ni del club.
Problema Laporta quiere quedárselo, pero falta músculo financiero