El tremendismo resolutivo de Sergio Ramos
En nada es fingido. Su secreto está en su personalidad. Budimir reina en el cielo y en la tierra y Zakharyan acredita su calidad con la Real.
El Sevilla logra sacar la cabeza en la clasificación a través de la jerarquía y el carácter de su central
Hombre de respiro. El fútbol está lleno de sorpresas, pero también de certezas. Una de las mismas es que en momentos de máxima dificultad ayuda contar con la presencia de Sergio Ramos. En su 38º cumpleaños, se regaló un gol reparador que rehabilita al Sevilla en la clasificación. Había ganado el Cádiz la noche anterior y no había espacio para el error. Allí que apareció Ramos en papel estelar como en tantas otras ocasiones. Con su gol al Getafe, el séptimo del curso entre todas las competiciones, ya ha dado de forma directa cuatro puntos al Sevilla este curso. A su familiaridad con el gol, inusual en un defensa, añade una jerarquía innegable que no se rebaja con el paso de los años. Junto a Kike Salas, controló el área de Nyland en un Sevilla aculado. Se impuso en seis de los siete duelos aéreos que entabló, formalizó nueve despejes y gobernó la escena con la pose tremendista que le caracteriza. No se anda con remilgos y pide para sí el protagonismo. Es pura personalidad. Tanto que a veces se puede pasar de frenada, como sucedió en una jugada en la que cometió penalti sobre Mata y le libró la posición antirreglamentaria del delantero azulón. Pero Ramos es así y su larga trayectoria justifica esas maneras. Se supone que el Sevilla se terminará salvando y en buena medida se lo deberá al central de Camas. Y eso que en verano pareció ficharlo a regañadientes...
Mucho más que un cabeceador. En la semana de Jagoba Arrasate, cuya figura ya habrá tiempo de reivindicar,
volvió a marcar Ante Budimir (32 años). De por sí su cuenta goleadora habla a las claras del rendimiento que está teniendo en esta Liga, donde suma 16 tantos y está a tan solo cuatro del récord de un jugador de Osasuna en Primera que ostenta Julián Vergara (20, en la 1935-36). Los números evidencian su impacto por tierra y aire. Desde que aterrizó en España en 2019, primero en el Mallorca antes de embarcarse en la aventura de Osasuna, se ha convertido en el máximo realizador de cabeza con 19 tantos (el 34% de los que ha hecho). Pero su incidencia se traslada a todos los ámbitos, de ahí que sea el futbolista rojillo con más acciones de alto impacto ofensivo. Budimir es un finalizador que participa en toda la construcción del ataque.
Ya está aquí.
Arsen Zakharyan
se produjo como interior. La baja de Brais Méndez le ofrece de aquí a final de campaña una oportunidad de redención tras un primer año con más detalles que regularidad. Mareado por su polivalencia, oficiando más como falso extremo que centrocampista, el ruso no ha terminado de establecerse en los planes de Imanol porque a su fútbol le falta algo. Sin embargo, la tendencia cambió abruptamente contra el Alavés. En Vitoria confirmó su clarividencia como pasador con entregas de mérito a Oyarzabal y Becker. Ve el desmarque y atesora la finura para poner el balón en el lugar que toca. Es por eso que generó cuatro ocasiones de gol y se encargó del balón parado, a la postre el camino a la victoria para la Real gracias al córner que botó y remató Pacheco. Fue su encuentro más redondo, aunque ya había dejado destellos de su relevancia. Antes de la última jornada se trataba del jugador que más remates de media por partido crea de toda la Real, con 2,4.
Gobernante El defensa sevillista hizo el gol en Getafe, nueve despejes...