AS (Aragon)

“Laso sabe lo que dice y cuándo lo dice”

Pablo López (Torrejón de Ardoz, 1999), preparador físico del Bayern, ha crecido ligado al deporte. Su padre, Miguel Ángel, fue médico del Balonmano Ciudad Real y del Real Madrid de Pablo Laso. Ambos salieron del club en 2022.

- DIEGO CANO LA ENTREVISTA Pablo López

Desde pequeño, Pablo López acompañó a su padre, Miguel Ángel, a los entrenamie­ntos del Real Madrid. En 2022, Laso sufrió un infarto y el club despidió al técnico y a su padre, el doctor del equipo, por negarse a firmar su inhabilita­ción. Pablo, que trabajaba como preparador físico de la cantera, abandonó también el Real Madrid y ahora trabaja en el Bayern junto a Laso.

—¿Cuál es su papel en la plantilla del Bayern?

—Somos dos preparador­es físicos. Yo soy el asistente de Ivan Pijanec. Estoy todos los días con el primer equipo, pero, a la hora de viajar, me suelo quedar en Múnich con los lesionados y los no convocados.

—¿Qué hace un preparador físico en un partido?

—Aunque suene increíble, mi labor es más importante de lo que parece. Tengo que estar atento al lenguaje corporal de un jugador, por si le veo más cansado, y hablarlo con el entrenador para que lo cambie. Además, debo estar atento de los minutos en pista de los que vienen de una lesión. También me encargo del postpartid­o. Si un jugador ha tenido pocos minutos, me bajo con él al gimnasio.

—Son campeones de Copa y van primeros en Liga. ¿Sería un fracaso no alcanzar el playoff de la Euroliga?

—Para nada. El club lleva sin ganar la Liga cuatro años. Volver a ganarla sería lo esencial. En Euroliga, el objetivo es el play in, pero, de no conseguirs­e, tampoco lo considerar­ía un fracaso. Media plantilla es inexperta.

—-¿Cómo es el baloncesto en Alemania?

—Soy nuevo aquí y me han comentado que del año pasado a este la diferencia es abismal. Ahora el pabellón siempre está lleno y se está creando una cultura de baloncesto. Después de que Alemania ganase el Mundial está evoluciona­ndo una barbaridad.

—¿Es muy diferente el ambiente de España?

—En España hay más conocimien­to de baloncesto. Aquí es un plan más familiar, aunque no sepan de baloncesto, vienen porque es un ocio más.

—-¿Qué le falta al Bayern para ser más competitiv­o?

—Ha habido un cambio de ciclo con un nuevo entrenador y se está trabajando mucho mejor la formación de los jóvenes. Debemos mirar a largo plazo. Se ha firmado a Pablo Laso por dos temporadas y hay que formar una cultura de baloncesto y una base. El año que viene hay un pabellón nuevo, el SAP Garden, que tendrá el doble de plazas. Es una auténtica revolución y demuestra hacia dónde quieren llevar al club. Hace seis años el Bayern estaba en Segunda.

—¿Su futuro va ligado al de Pablo Laso?

—No. Vine porque Pablo sabía cómo trabajaba y, por eso, quiso traerme para ayudar al primer equipo y en las categorías inferiores, donde echo una mano como jefe de rendimient­o del departamen­to de cantera. Esto se hace para que el trabajo con el segundo equipo sea lo más similar al del primero y los jugadores se adapten mejor.

—Si Laso se va a otro equipo, ¿usted también?

—Firmé solo un año porque era la primera vez que me iba a vivir fuera de España y no quería compromete­rme más, pero estoy muy contento aquí.

—¿Cómo es una lasina en primera persona?

—Este año no hay muchas (se ríe). Una persona como él, con tanta experienci­a y bagaje, sabe lo que dice y en qué momento lo dice. Por algo es uno de los mejores de Europa.

—¿Cómo está de sus problemas de salud?

—Muy bien. Nunca había entrenado fuera de España, pero para alguien de su calibre y de su experienci­a es muy fácil adaptarse y construir un buen grupo.

—Es hijo de Miguel Ángel López, exmédico del Real Madrid durante la etapa de Laso. ¿De él le viene su pasión?

—Siempre he querido dedicarme al deporte. Si soy lo que soy hoy es gracias a lo que he aprendido de mi padre y a su profesiona­lismo como doctor. Ha sido mi mentor.

—Usted formó parte del Real Madrid júnior que conquistó la Euroliga. ¿Cómo lo recuerda?

—Una etapa muy bonita porque aprendí todo sobre la preparació­n física en el alto rendimient­o. La cantera del Real Madrid siempre va a ser de las mejores porque el objetivo no es solo el desarrollo de los jugadores, sino también ganar. Si estoy en el Bayern es gracias a la experienci­a que tuve ahí.

—Su padre se va de mala manera del Madrid, que lo despide tras la rescisión del contrato de Laso. ¿A qué se debió?

—Fue un momento complicado. Le echaron por no darle la baja a Laso pese a que hubiese informes que decían que no podía entrenar. Fue una época difícil porque mi padre es una persona que ha dado todo por el club durante más de diez años y siempre ha estado ahí para los jugadores. Afortunada­mente, ya se ha recuperado y está bien.

—-Esta implicació­n que comenta es tal que hasta se hizo famoso por una arenga en la que le sancionaro­n.

—Yo también suelo dar las arengas a los jóvenes, me viene de mi padre. Lo que se busca es motivación y, salga lo que salga, eso debe motivar a los jugadores.

Habilidad “Para alguien como Laso es muy fácil construir un buen grupo”

—-¿Fue injusta la sanción?

—Obviamente. Todos los equipos en sus arengas buscan lo que sea para motivar a sus jugadores, ya sean palabras que menospreci­en al rival o algún insulto.

—¿Y su despido fue justo?

—Se desprestig­ió su figura con una cosa en la que el Real Madrid no tenía razón.

—¿Cómo lo ha pasado usted como hijo y también como profesiona­l?

—No me afectó laboralmen­te. Yo seguía cuando le echaron y en ese momento me mandaron el contrato de renovación para

seguir con la cantera, pero decidí no seguir por valores. Durante un año estuve haciéndole compañía a mi padre y no quise salir de España porque eran momentos duros.

—¿Cómo surgió la oportunida­d del Bayern?

—Sabía que iba a salir de España. Me llegó la oferta del Bayern y ni me lo pensé.

—¿Habló con Laso? —Sí. Al día siguiente de mi cumpleaños me llamó para desayunar y me comentó que iba a firmar con el Bayern. Yo lo sabía, porque trabajaba en la agencia en la que él está, pero me hice el despistado y le dije que sí.

—Me consta que rechazó usted ofertas de equipos de la Euroliga y de la NBA.

—Sí, en Europa era para encargarme de los jóvenes, como hacía en el Real Madrid. Y en la NBA para ser el tercer asistente

del preparador físico de un equipo contender.

—¿Qué jugador es el que más le ha sorprendid­o entrenando? —De jóvenes, Juan Núñez y también Kostas Kostadinov, que la gente no lo conoce mucho, pero es una bestia. Baba Miller hace unos mates increíbles, para quedarse loco. De jugadores más veteranos, Llull. Ya conocemos todos sus mandarinas. Aunque falle 20 tiros, sabes que el último lo va a meter. —Coincidió con Doncic en el Madrid, con quien incluso jugaba a la Play. ¿Cuál es su techo? —Jugábamos al Overwatch. Saber su techo es imposible. Será el que él quiera. —¿Cuál es su sueño?

—Me encantaría ganar el anillo de la NBA o una Super Bowl. Pero, el objetivo personal es trabajar en la mejor liga del mundo, la NBA.

Salida “Tras lo de mi padre, decidí no seguir en el Madrid por valores”

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Pablo López trabaja con Gillespie.
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Alejandro Pérez y Pablo López.
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Pablo López, de rojo, aplaude en un partido del equipo júnior del Bayern.

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