El único estadio que necesitaba obras
La Cartuja, un estadio creado con la pretensión de unos Juegos Olímpicos, necesitaba reformas”
Me gustaban algunas cosas de Rubiales como presidente de la Federación, sobre todo su empuje, que contrastaba con la ‘dolce farniente’ a que se entregó su antecesor, Villar. Me gustó también que fijara una sede decisiva para la final de Copa, en lugar de andar cada año a brincos a ver dónde caía, o a quién hacer un favor. Personalmente pienso que la final debería ser siempre en Madrid, más cómodo porque está en medio de todo y a nadie le pilla muy mal, pero como soy madrileño mi opinión puede estar sesgada. En todo caso, Sevilla estaba bien elegida. Sevilla es Sevilla, no creo que sean precisas más explicaciones. En eso todos estamos de acuerdo.*
Pero se ve que había truco.
La Cartuja, un estadio creado con la desmesurada pretensión de albergar unos Juegos Olímpicos, necesitaba reformas, bastantes reformas. Las que ya se han hecho y la principal, en proyecto, consistente en quitarle la pista de atletismo, bajar el campo y hacer una nueva grada baja, al estilo de Anoeta. Se ve que ahí estaba el truco: obras, amiguetes, mordidas, billetes que van y vienen… El Metropolitano, pongamos por caso, está flamante, y ahí no hubiera habido nada que rascar. Así que a Sevilla. Y, en un ejercicio de pretendida neutralidad, al abandonado La Cartuja, ni bético ni sevillista. Y vengan obras y a repartir.
A bilbaínos y mallorquines les hubiera resultado más sencillo un viaje a Madrid, pero esto no arredra su entusiasmo. Sendas riadas caerán sobre la ciudad, por tierra, mar y aire. Por mar no sólo los baleares, porque cuatro amigos vascos van a navegar desde Bilbao para luego remontar el Guadalquivir hasta la Torre del Oro. Sobre la mugre de las comisiones y mordidas viviremos una final ilusionada y feliz, como lo son todas. Aunque otra vez tengamos que lamentar que nos la pongan en medio de LaLiga, en lugar de reservarle el honor de fiesta de fin de curso, sin más partido por delante que la final de Champions, el gran festejo europeo.