Joaquín y el duende de la 2005
Hace anuncios de refrescos, reina en las redes sociales y ayer mismo debutó en lo más postmoderno del cyberspacio, como Youtuber. Con 35 años recién cumplidos, peinados in y camisetas a la última moda, el Joaquín Sánchez Rodríguez que regresa al Camp Nou tiene poco o casi nada que ver en fachada con aquel chico descarado que en abril de 2005 puso el coliseo azulgrana patas arriba. Fue un encuentro que el Betis debió ganar o golear, pero que acabó empatando gracias sobre todo a un buen puñado de polémicas decisiones tomadas por Alfonso Pino Zamorano, el árbitro del escudo del Atleti en la piscina. Entre ellas, una expulsión verdiblanca en el minuto 12 o un penalti que Etoo convertiría en el segundo gol culé de un definitivo 3-3.
Aquella ante el Barcelona de Rijkaard fue quizá la mayor demostración de fútbol (y de goles, hizo dos) de Joaquín en un gran escenario. Once años después, los problemas físicos que han lastrado su regreso a Heliópolis casi le dejan sin viajar a la Ciudad Condal. Pero el portuense ya está recuperado y aunque su titularidad es un dilema promete al menos chispazos de finta y de esprint, porque durante el verano bético ha estado entre los futbolistas más decisivos de la plantilla que ahora dirige Gustavo
Poyet. Para ganar (o empatar) en escenarios tan superlativos no basta con un sistema diferente, una gran pegada o buenos futbolistas. Hace falta inspiración, duende. Virtud que Joaquín, por más viejo o más fashion que se vuelva, mantendrá viva, eterna.