AS (Baleares)

“Lloré y sufrí como nunca, pero finalmente logré mi sueño” Carolina Marín

- ALBERTO MARTÍNEZ / RÍO

¿De quién se acuerda ahora con ese oro colgando de su cuello?

—Hay mucho trabajo detrás de todos los premios que gana una. Sin todas las personas que me ayudaron no lo habría conseguido. Esto es una recompensa a todas las horas que se han invertido. Por eso quiero darle las gracias a todos ellos, y también a España, a mi familia… Noté el respaldo en todo momento, la gente en la televisión... Gracias también a Huelva y a mi novio.

—¿Cómo se siente ahora una vez llegó a la meta después del duro camino recorrido?

—Estoy en una nube, es el día más feliz de mi vida. Quiero disfrutar y relajarme después de tanto esfuerzo. He llorado por toda la dedicación que he tenido desde que, con apenas 14 años, entré en el CAR de Madrid y empecé a tener el sueño de ganar esta medalla. Hemos hecho un trabajo brutal y hemos pulido todos los detalles para hacer posible este éxito.

—¿Se imaginaba que conseguirí­a la medalla de oro?

—O una se lo cree o no hace falta que venga a unos Juegos a competir. En cada entrenamie­nto mi técnico decía que el premio era el oro, me lo recordaba constantem­ente, y eso me daba también muchas ganas de seguir adelante. He llorado y he sufrido como nunca en cada sesión de trabajo. Me acordé de eso con la medalla ya ganada, en el podio. Fue muy emocionant­e.

—¿Cómo explica esta final y cómo se fraguó su reacción

después del primer set? —El planteamie­nto táctico no lo cumplí como habíamos hablado el día anterior, porque la clave era que no me atacara la rival porque es su punto fuerte, pero eso sucedió más de lo previsto. Cambié después del primer set, y el segundo fue perfecto. Con ese 50 me di cuenta que tenía que variar mi juego y estuve mucho más atenta en la red.

—¿Qué cambió después de perder el primer set en el que desaprovec­hó una ventaja de cinco puntos?

—Pasé dos meses infernales para conseguir el sueño que tenía. Cuando acabé el primer set e iba perdiendo, mi entrenador me lo recordó, me dijo todo lo que habíamos pasado y sufrido para estar aquí. Surtió efecto.

—Protestó en ocasiones a los árbitros. ¿Por qué?

—El volante se despeina, y a mí me interesa cambiarlo a menudo porque soy una jugadora más ofensiva y me conviene que esté rápido. En ocasiones ella no me ha dejado.

—¿No se vino abajo en ningún momento?

—No. Trabajamos muy bien la fortaleza mental.

—¿Sabía que la india le daría tantos problemas?

—Sabíamos que iba a ser una rival muy dura porque este país ha cambiado algunas cosas y está haciendo un torneo perfecto.

—¿Siente que es al bádminton lo que Ballestero­s al golf?

—Resulta que soy una españolita que ha roto ese muro asiático, y ahora me gustaría que los futuros campeones que vamos a tener supieran que los sueños se pueden cumplir.

“Quiero que pienses una cosa. Acuérdate cuando llegaste a Madrid con 14 años. Una niña me dijo lo que quería ser. Una niña de 14 años sabe que es la mejor, porque ese es su sueño. Ese deseo que es lo mejor que tú tienes es muy fuerte”

Lo que le dijo el entrenador a Carolina tras el primer set y que cambió el partido

Emoción “Estoy en una nube. Este es el día más feliz de mi vida. Con 14 años mi sueño ya era esta medalla”

Legado “He roto el muro asiático. Que los futuros campeones sepan que los sueños se pueden cumplir”

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