“Creí que había ganado, pero estoy muy alegre”
Fernández portará el rojo en San Andrés de Teixido
Levanté las manos porque creí que había ganado”, confesó Rubén Fernández nada más cruzar la meta en Ézaro, entre risas. Con el maillot rojo en su poder, trató de maquillar el desliz: “Me dijeron por el pinganillo que me iba a poner de líder, así que lo celebré. Sentí una alegría muy grande”. En cualquier caso, el murciano cogió el jersey, pero Movistar perdió una oportunidad de vencer al dejar margen a la escapada y no tomar antes la responsabilidad. En el Sky incluso sintieron alivio: pensaban que apretarían más a Chris Froome.
Después de conquistar el Tour del Porvenir en 2013, Fernández mostró su primer fogonazo en la élite a los 25 años: “No lo esperaba para nada, aunque llegaba en un buen punto de forma. Quedé arriba tanto en Polonia como en Burgos. Sin embargo, vine a trabajar para Valverde y Nairo. Ellos me animaron a que tirase solo… y conseguí abrir hueco. La pena, que Geniez entró por delante”.
Apodado Escayolas por el negocio familiar, Rubén Fernández se entrena habitualmente por su tierra junto a Alejandro Valverde, compañero, ídolo y mentor: “Compartir equipo con él y que me aconseje no tiene precio”. Ambos coincidieron al señalar el éxito de que Movistar lograra el maillot rojo: “Nos sentimos felices. Ahora toca conservar la prenda”.
Segunda ascensión. Tras una primera toma de contacto, corta y explosiva, el pelotón afronta hoy el segundo final en alto en San Andrés de Teixido, más largo y tendido: 12,9 km al 4,5% de pendiente media. De la cascada del río Jallas a los acantilados de Vixía Herbeira, dos hermosas postales frente al Atlántico.