Ángel le da al Zaragoza el triunfo de la tranquilidad
El canario, sobresaliente, firmó su 18º gol del campeonato
Un nuevo gol de Ángel, otra vez el hombre del partido, le dio al Real Zaragoza tres puntos de oro en su pelea por la permanencia. Al equipo aragonés se le hizo el partido larguísimo y acabó sufriendo lo indecible, pero la victoria le deja ya a siete puntos de la frontera del descenso y le da una tranquilidad de la que no había gozado en los últimos tres meses. Todavía queda trecho matemático, pero la salvación está ahora encaminada. Todo lo contrario que el Mallorca, que llegó a La Romareda como penúltimo clasificado y continúa sin rascar nada a domicilio. Su suerte es que también perdieron sus rivales directos y que la jornada ha sido nula para los cuatro del pozo.
El Zaragoza, como acostumbra con Láinez, volvió a salir al galope, metiéndole un ritmo altísimo al juego y buscando una y otra vez la zurda de seda de Manu Lanzarote y la velocidad y astucia de Ángel, que sigue en un estado de gracia absoluto. Lanzarote, en dos ocasiones, y Ángel tuvieron el gol ante Santamaría en tres acciones casi consecutivas, pero a la cuarta se vino abajo el frágil dispositivo defensivo del Mallorca. En el minuto 35, Lanzarote botó un córner desde la derecha y Ángel lo cabeceó bombeado a la red apareciendo por sorpresa en el segundo palo. Un gol del más listo de la categoría, de un delantero centro que sigue con la baba del gol y que ya suma 18 dianas en su cuenta particular, más que nunca en toda su carrera.
El 1-0 fue un premio justo a la insistencia y a los méritos del Zaragoza en la primera mitad, y una catástrofe para el Mallorca, que, cogido con alfileres por su situación de emergencia absoluta, pudo encajar otro gol antes del descanso en un remate combado de Ángel que se marchó junto al palo.
El Mallorca intentó dar un paso adelante en la segunda parte y se lanzó con cierta decisión en busca del empate, pero durante un largo pasaje se encontró con un Zaragoza templado y ordenado, que se dedicó a administrar su ventaja con posesiones largas en busca de un resquicio por el que matar el partido.
Sergi, ya a la desesperada, dio entrada a Óscar Díaz y a Salomao, mientras Láinez le dio a Cani la última media hora para favorecer su talento ante las prisas y el cansancio ajenos. Tuvo el Zaragoza dos contragolpes para haber cerrado definitivamente el encuentro, pero a Ángel le faltó puntería.
A veinte minutos del final, y cuando al Zaragoza se le acabó la gasolina y se echó atrás, el Mallorca tuvo su gran ocasión en un avance de Lago Junior, pero Ratón, providencial, conjuró con el pie el remate del extremo costamarfileño. Aún tuvo que intervenir otra vez el portero del Zaragoza con una mano milagrosa en un centro de Campabadal que se envenenó en un mal despeje de José Enrique. Pero, aunque el Mallorca acabó empujando mucho, no tuvo más oportunidades claras.
Y en medio del derrumbe físico del Zaragoza y del miedo al empate emergió otra vez la figura de Ángel, batallador incansable, veloz y habilidoso, para tirar de sus compañeros en el momento de mayor duda y sostener un resultado fundamental para poner tierra de por medio con el descenso. Láinez llegó precisamente para esto, pero va a quedar siempre la duda de qué hubiese pasado de coger dos meses antes al equipo.