El Madrid peleará por la Décima en Estambul
AEl Madrid vivió años de sequía europea, pero disputará su quinta Final Four en siete años, cuatro de ellas con Laso en el banquillo. Se medirá el próximo 19 de mayo en Estambul al
Fenerbahçe de Zeljko Obradovic. El CSKA espera rival: Olympiacos forzó el quinto.
ún recordamos aquella vez que Papaloukas se dirigió a la hinchada madridista, entonces en Vistalegre, y marcó un cuadrado con el dedo. Era una televisión imaginaria por donde el Madrid iba a ver la Final Four. Y estuvo así, viéndola en casita, catorce temporadas (1997-2010). Pero este Real ya no es aquel equipo en travesía por la nada que luchaba aturdido por volver, y solo aprendía a caerse. No lo es porque ha vuelto para quedarse. Es su segunda época dorada. De nuevo en la Final Four tras solo un curso de ausencia, la cuarta presencia con Laso en el banquillo, la quinta en los últimos siete años cuando antes (1988-2010) solo tuvo tres participaciones, y dos de ellas con Sabonis. Ahora aguarda la Décima y en Estambul está la llave que abre la vitrina.
El Madrid había llegado a la ciudad turca con la angustia metida en el cuerpo. Pero semana nueva, vida nueva. El mismo rival, igual de duro y talentoso, pero otra guerra. Nada que ver las batallas de Estambul con las del Palacio.
Mandaron los blancos, si no de salida (5-0), casi: 5-11. Llull, Randolph y Ayón, de nuevo con Doncic en pista, forzaban a la charanga local a tocar un paso doble. El mejor de los de Blatt era el locutor, magnífico director de orquesta de la afición. A una palabra suya, reacción inmediata. Wanamaker tiraba del carro. Cero asistencias al descanso y dos de su equipo. El Madrid gobernaba desde la defensa (Doncic sobre un pívot, Moerman). Blatt empezó rápido con las rotaciones, no le gustaba lo que veía, mientras Laso aguantó hasta que Taylor hizo la segunda. Entró Carroll, pero le sometieron a un calienta manos. Cuatro minutos sin anotar y el Darussafaka asomaba la testa: 28-26.
Contestación inmediata. Más defensa y Thompkins a cancha. Nueve puntos del americano y una asistencia, centrado como nunca. Letal mientras el Daçka se pasaba 4:20 en blanco. Fue su noche.
En la reanudación, el Madrid era puro temple. Un taponazo de Ayón a Wanamaker jugándose los dedos y un triple de Doncic abrían la rampa de despegue. El Darussafaka perdería los nervios poco después. Harangody cometió falta sobre Carroll, la protestó y… técnica. Y técnica al banquillo. Cinco tiros libres de Boom Boom y dos de Doncic. Ya con el adiós garantizado, vimos una última arremetida: del 62-79 al 76-82 a falta de dos minutos. Un sueño utópico porque el Madrid, con la grada en pie y aplaudiendo el último ataque, volvía a reinar en Estambul. La Décima es el reto. Espera el Fenerbahçe y un pabellón enfervorecido.
Cuarta Final Four en la era Laso
Thompkins, revulsivo ante el Darussafaka