El Valencia golea en el simulacro de Mestalla
Garay, Zaza y Rodrigo resuelven un duelo intranscendente
Sirva como definición de “intranscendente” lo que sucedió entre que Clos Gómez señalara el principio y el final del Valencia-Osasuna. Viva la madre que parió a los 24.752 presentes en Mestalla en el día de todas ellas. Lo suyo es afición y, a su vez, tal pobre número de asistentes, media entrada y gracias, un reflejo del trabajo que tiene por delante el Valencia de Lim, cuyos gestores andan estos días más pendientes de Marcelino que de los partidos del equipo.
Entre que los de Voro hace tiempo que no juegan por nada y los ‘rojillos’ eran de Segunda desde hacía dos jornadas, entre la celebración del día, la hora y el calor, ir a Mestalla llamaba menos que coger el teléfono fijo de casa a la hora de la siesta. Sin embargo, a base de idas y venidas de Gayà y de goles, dos de Garay, dedicados a su esposa Tamara, el de Zaza y un último de Rodrigo Moreno, en su reencuentro con el gol, el público acabó entreteniéndose, que no es poco. Ellos y Salvador González ‘Voro’, que sumó su 17ª victoria como entrenador en el que fue su penúltimo partido en el banquillo de Mestalla.
En verdad Osasuna hubiera competido algo más de no ser por Jaume Domenech. El guardameta, que tiene ganado al respetable y al que Voro quiso darle protagonismo, truncó primero el 1-1 a Fausto con una mano de gato y aguantó el tipo a Sergio León privándole a este de recortar distancias (hubiera sido el 2-1). Osasuna se despidió de Mestalla -hasta dentro de al menos dos temporadas- con un remate de cabeza de Vujadinovic que se marchó fuera por poco y un gol de Olavide con el tiempo ya cumplido que la grada aplaudió con respeto y a modo de hasta pronto a los ‘rojillos’. Y ahí ya sí, adiós muy buenas al simulacro de partido de Liga. Osasuna a pensar en su regreso, el Valencia a fichar entrenador.
Voro Empezó a decir adiós al banquillo de Mestalla con su 17ª
victoria