El Racing fue muy superior y gobernó el partido a su antojo
El Rayo Majadahonda se marchó de El Sardinero sin tirar entre palos
Un día tranquilo en la oficina. La diferencia conseguida una semana antes en el Cerro del Espino y la diferencia de potencial entre Racing y Rayo Majadahonda permitió a los cántabros manejar el partido a su antojo. Sencillamente, son muy superiores a los majariegos, que conforman un equipo estimable, con gusto por la pelota, una idea muy clara de lo que les gusta..., y unas limitaciones evidentes para medirse con pesos pesados.
Ayer dio la sensación que llegaban a Santander a disfrutar del ambiente, a no traicionarse y a caer sin descomponer en exceso la figura. Consiguieron todo ello..., entre otras cosas porque a los de Viadero también les valió. Si en la última media hora, como en la ida, cuando los rayistas empezaron a dar signos de agotamiento, el Racing hubiera apretado el acelerador, el marcador hubiera acabado siendo más llamativo que el 6-1 final de la eliminatoria.
Con todo. El equipo local, pese a la ventaja que atesoraba, puso de inicio a su equipo de gala, incluso con Prats, que llegaba justo. Viadero no quiso dar margen para el milagro. Iriondo probó a quitar un punta, jugar 3-5-2 y buscar la superioridad numérica en el centro del campo. Dio igual. Beobide y Granero, ya con muchos tiros pegados en el fútbol, pudieron con todos.
El Rayo se fue de El Sardinero sin tirar un tiro entre los tres palos y el Racing le penalizó con saña cada error defensivo suyo.