El club va a pedir que Figueroa no le arbitre nunca más
Indignación mayúscula en Zaragoza
L
a indignación en el Real Zaragoza es mayúscula contra el árbitro andaluz Figueroa Vázquez, aunque dirigentes, técnico y jugadores prefieren morderse la lengua para evitar consecuencias —o sea, represalias— mayores. El único que alzó la voz en la denuncia, si es que así se la puede calificar, fue el director general Luis Carlos Cuartero en el túnel de vestuarios: “No le ha dado, te lo has inventado”.
Entre los futbolistas el que más se atrevió fue el capitán Zapater, pero siempre en un tono muy comedido: “En la expulsión hizo más el portero que Borja y el gol del Nàstic fue en fuera de juego. No estamos teniendo suerte”.
Fuera de micrófonos el malestar es superlativo y se va a traducir inmediatamente en una petición oficial a Sánchez Arminio, presidente del Comité Técnico de Árbitros, para que Figueroa Vázquez no vuelva a dirigir nunca más un partido del Zaragoza. Y no sólo por su parcialidad en este último encuentro ––se inventó la expulsión de Borja Iglesias a un minuto del descanso y dio validez al empate del Nàstic, precedido de un claro fuera de juego––, sino porque su reincidencia ya es escandalosa. Sin ir más lejos se pasó toda la noche advirtiendo a los jugadores de Natxo González: “¡Ya sabéis cómo me las gasto!”.
Figueroa Vázquez volvió a cruzarse en el camino del Zaragoza. Y como es su costumbre, le hizo un daño irreparable. Le ha arbitrado al equipo aragonés en once partidos y sólo ha ganado uno. Y su hoja de servicios es sencillamente demoledora: expulsiones escandalosas de Jaime, Ratón y Borja.
Los comités le quitarán ahora la segunda tarjeta a Borja Iglesias como el curso pasado se la quitaron a Ratón, pero el daño es irreparable.
Historial
Tres expulsados y un solo triunfo en 11 partidos
con él