La trilogía del rebelde con causa

Hace dos años, el Celta eliminó al implacable Atlético. Simeone era intratable a doble partido y Berizzo le hizo hincar la rodilla. El año pasado fue

Zidane quien sucumbió ante los celestes en la

Copa, la única eliminatoria perdida por el francés desde que llegó al banquillo del Real Madrid. Ahora los vigueses pueden completar la trilogía, ante un Barcelona que parece impenetrable. Para el rebelde sin causa sólo es otro reto más, un nuevo peldaño para aumentar su leyenda de matagigantes en la Copa.

En los dos últimos años, el equipo vigués consolidó su papel de David, siempre venciendo a Goliat, para acabar cayendo en semifinales, a un paso de esa anhelada final que no llega. Dicen que no hay dos sin tres, pero también que a la tercera va la vencida. Al Celta no le basta con eliminar al Barça si eso no le sirve para alcanzar la gran final, para tener la opción de conquistar el primer título de su historia. Tres semifinales en dos años (dos de Copa y una de Europa League) parece un trauma insuperable. Pero este Celta ya ha demostrado que caer sólo es el primer paso para volver a levantarse. Con Aspas por bandera, los celestes se sienten capaces de todo, de eliminar a los más grandes y de conseguir que el cuento tenga un final feliz de una vez por todas.