El Madrid se desquita en Vitoria y es más líder
Doncic resolvió en cinco minutos mágicos ● Radoncic, meritorio
E l Madrid sigue en pie contra viento y marea, y si me apuran incluso contra toda lógica. No solo no pierde fuelle sino que gana en solvencia. Cada vez gestiona mejor sus recursos, bastante limitados en la pintura. Para este duelo recuperaba a Rudy, en un Buesa repleto y listo para el fragor (14.178 espectadores), pero perdía a última hora a Maciulis, que ejerce de interior. A Laso y a su equipo pareció darles igual: capearon la tempestad del segundo cuarto y resolvieron guiados por Doncic en un espléndido último acto pleno de madurez.
Después del repaso de noviembre, cuando el Madrid encajó la derrota más amplia de la era Laso (105-75), era muy difícil que a los blancos les cogieran otra vez tan en falta. Causeur lideró la arrancada (13 puntos al descanso, como si tuviera cuentas pendientes), aunque luego su equipo se ralentizó por la falta de centímetros. Thompkins, con dos personales, y Tavares veían desde el banco el crecimiento baskonista (28-20). Un 10-0 de parcial con Reyes solo ante el peligro y Doncic ejerciendo de falso pívot. El Real sufría, pero la cohesión del grupo y el acierto de Rudy orquestaron la reacción: 36-33.
El Madrid llegó al cuarto periodo con dos puntos de ventaja y Doncic, en cinco minutos mágicos, los multiplicó por cuatro: 66-74. Apenas había entrado en acción, pero esperó agazapado su oportunidad para desatarse y sentenciar: 8 tantos y 4 asistencias entonces.
Luego remató un lozano Thompkins, reservado por las faltas. Un descanso que facilitó la enorme labor de Radoncic en el marcaje de Shengelia. El georgiano no fue un factor clave, y menos aún Poirier. Huertas apuntaba esta vez a héroe local. No bastó, ni tampoco los buenos ratos de Beaubois. Mérito del trabajo en la retaguardia de un Madrid que ha desarrollado en los últimos meses una fortaleza enérgica y una valentía serena para encarar las dificultades.
Lo vimos otra vez, y no ante un rival cualquiera. Ni en un día normal. Porque ayer Laso dio caza a un leyenda, a Pedro Ferrándiz: 490 partidos al frente del banquillo madridista. Y lo hizo en Vitoria, su ciudad natal. Él y su equipo siguen de dulce. Octavo triunfo seguido y más líderes en la Liga Endesa.