El césped pelea contra el General Invierno
El domingo superó una prueba
La visita del Valencia significaba una prueba y, de momento, hay satisfacción. El césped del Metropolitano, sometido a un duro invierno con nieve y heladas, atraviesa por su etapa más difícil. El trabajo está siendo intenso. La temporada avanza y se jugarán cuatro competiciones. Las condiciones particulares del Metropolitano lo convierten en un reto. No hay césped en Primera al que llegue menos luz natural. Para mitigarlo se exprime la tecnología.
El tepe del Metropolitano, de un grosor de 3,5 cm, se posa sobre una capa de arena de sílice de 25 cm y bajo ésta, y por encima de los 20 cm de gravas de drenaje, aparece un circuito de 55 km de tuberías por las que circula agua caliente para mantener el verde a una temperatura primaveral. Este suelo radiante puede programarse para que cada área registre una temperatura diferente en función de las necesidades.
Los matices son muchos cuando el mantenimiento se enfrenta a un estadio semicubierto. El domingo, tras la sucesión de bajísimas temperaturas, el césped superó el test. Pero se quiere seguir mejorando. Se ha trabajado con las lámparas de luminoterapia desde el primer día para mitigar la falta de exposición al sol. El drenaje ha sido efectivo.
El reto ahora es que se pueda mejorar algo la cantidad de luz natural que recibe y que se rebaje de alguna forma la exposición a temperaturas extremas. RoyaldVerd ha colocado este césped y ya el de otros 10 campos de Primera. Cuando asumió colaborar además en el mantenimiento ya imaginaba que era uno de los mayores retos de su dilatada experiencia. Como en el club, hay satisfacción, pero sin relajación, porque todos aún están aprendiendo de un estadio que presenta una singularidad sin precedentes.
Clave Los 55 km del circuito de calefacción por debajo del césped