La final frustrada de la Champions
Una temporada más los aficionados al fútbol nos hemos quedado con las ganas de presenciar la pretendida y anhelada final de la Champions League entre el Real Madrid y el Barcelona, ambos considerados por unanimidad como los mejores equipos del mundo.
Se trata de una auténtica pena, pero el fútbol no entiende de favoritismos ni pronósticos. No tiene explicación, sin embargo, que en 62 años de competición, no se haya dado nunca un Clásico en la final. Una inexplicable frustración para el espectador.
En esta edición todos especulábamos con la posibilidad de un enfrentamiento en semis o en la final, pero el deporte no tiene lógica. El Madrid pasó de milagro tras un polémico penalti en el último minuto y el Barça se dio el batacazo pese a llegar con tres goles de ventaja frente a un equipo claramente inferior. El Roma así lo había demostrado en los dos partidos ante el Atlético.
Habrá que esperar, por tanto, otra temporada para que la eterna ilusión se pueda convertir en realidad. Mientras, nos queda la esperanza del Mundial, en el que tanto Messi como Cristiano, pasada la treintena, tendrán mucho que decir si no quieren empañar su impresionante palmarés.
Jesús Maeso
Murcia