Caparrós apunta alto: “Quiero aspirar a todo”
Pablo Machín, favorito para ser el técnico elegido
A rranca un nuevo proyecto en Nervión y el gran líder de la parcela deportiva es Joaquín Caparrós. El director de fútbol del Sevilla mostró ayer su orgullo en la toma de mando y lanzó un mensaje de ambición y esperanza al sevillismo: “Hay que hacer un equipo campeón, que esté arriba, que dispute Champions. Entre todos los que estamos aquí tenemos que hacer un Sevilla grande. Hay que aspirar a ser exigentes, a lo máximo, a mirar a los ojos a los equipos de arriba”.
A la espera de que la figura del entrenador termine de configurar el cuadro técnico, el Sevilla no teme la necesidad de reestructurar su plantilla ante los retos renovados. “El perfil ya está buscado. Somos exigentes y debemos traer jugadores top, aunque habiendo equilibrio. ¿Roque Mesa y Sandro? Todos los mensajes que damos sólo hacen encarecer el producto. Se está trabajando en ello y habrá noticias. Hay que ir piano piano. En pocos días habrá novedades sobre estos chicos”.
A su lado, José Castro, presidente del club, detalló cómo se tomó esta decisión y confirmó que no habrá un director deportivo tras el no de Ramón Planes: “Teníamos claro que la dirección deportiva la iban a comandar gente de la casa. Hemos buscado un perfil específico, pero no ha sido posible conectarlo con lo que ya hay. La primera opción era, es y será la casa. Me la juego con la gente doliente”.
Mirada cómplice de Caparrós, que no quiso comparar su figura a la de Monchi e incluso lanzó un guiño al eterno rival: “¿Una final de Europa League contra el Betis? Claro que me gustaría, además tenemos buenos resultados ante ellos”. Banquillo. Hay un nombre que tiene especial fuerza para convertirse en futuro técnico nervionense y es Pablo Machín. El entrenador del Girona recibió ya el ultimátum de su club para tomar una decisión sobre su futuro y en los próximos días podría confirmarse su llegada a Nervión. Caparrós no dio pistas: “El que venga será el ideal, no hay ninguna prisa”.
Elección
Castro confía en la vía: “Era, es y será la casa, gente
doliente”