La Romareda decidirá
Golazo de Zapater y rápida respuesta de Guillermo
NIumancia y Zaragoza empataron a uno en el partido de ida de la promoción por el ascenso. Ambos equipos se jugarán todo en el estadio de Zaragoza este próximo sábado, aunque los aragoneses cuentan ahora con una pequeña ventaja gracias al gol de Zapater.
Se presumía un partido intenso, de goles, tensión y polémica, a fe que tuvo todo ello, pero como papel mojado, las ideas iniciales de los entrenadores se fueron al traste con el golazo de Zapater a los tres minutos. El capitán del Real Zaragoza, de falta directa, colocó el balón en la escuadra izquierda, imposible de parar para Aitor. El gol no tuvo el efecto negativo en los sorianos ya que se fueron arriba al minuto y Guillermo, tras lanzar al palo un desatado y libre de movimientos Unai Medina, estableció el empate. Mientras los sorianos tenían la posesión del balón en el centro del campo y se acercaba con peligro desde las bandas, el Zaragoza intentaba salir rápido y de forma vertical buscando siempre a Borja Iglesias cayendo a banda. El delantero fue derribado por Gutiérrez provocando así la amarilla en el central rojillo, al igual que minutos después, Papu cayó dentro del área, reclamando todo el equipo visitante penalti si bien el colegiado no lo vio así, sino al revés, y mostró amarilla al jugador zaragocista. Los sorianos presionaron la salida del balón rival, quedándose los de Natxo González sin ideas en determinados momentos. Al final de la primera mitad se llegó con igualdad y con todo por decidir y ver.
La segunda mitad fue similar. Con los dos equipos en sus puestos previsibles, sabedores de la importancia del partido. Papu tuvo la primera ocasión que desbarató Aitor. La contestación vino por mediación de Unai, desatado en ataque, pero su disparo se fue cruzado. El partido cayó en esos minutos donde se podía resolver o romper por cualquier sitio. El Zaragoza mejoró en cuanto al dominio del centro del campo, sobre todo por la salida de Febas, quitando Natxo González a Javi Ros de la banda. Las acometidas sorianas, por su parte, fueron a menos, si bien casi siempre merodeando el área de Cristian. Los blanquillos acusaron el esfuerzo físico y los balones a Borja Iglesias eran peinados por el delantero buscando la incorporación desde segunda línea, pero no llegaban a su destino. Los últimos minutos fueron un correcalles donde el corazón de todos los aficionados iban a mil revoluciones. Finalmente un empate entre dos equipos que se conocen demasiado.