Tiger tampoco funcionó con un seguro como Reed
■ Si a Sergio García le tocó cara en la primera jornada de la Ryder Cup en Versalles, a Tiger Woods le salió cruz. El californiano, líder espiritual de Estados Unidos en esta edición tras resucitar definitivamente el domingo pasado en el Tour
Championship después de más de cinco años de sequía, sumó otra derrota en los fourballs de la mañana. Su emparejamiento con Patrick Reed había dado mucho que hablar en las horas previas. El vigente campeón del Masters, chico
malo del golf estadounidense (por eso se le abucheó tanto en la gala inaugural), llegaba con la vitola de haber sido el mejor golfista de su país en las dos últimas Ryder. En Gleneagles 2014 firmó tres triunfos y en Hazeltine
2016, victoria estadounidense, 3.5 puntos de cinco.
En fourballs tenía tres victorias y una derrota. Hasta ayer. No cuajó con el Tigre, cariacontecido toda la jornada, que después no saldría en los foursomes por la tarde y que lleva ya 18 derrotas en 34 puntos. Se especuló con problemas en su espalda, pero Furyk los descartó: “No he oído nada de eso. Preguntadle a él, pero no es cierto. De hecho ha practicado esta noche”. Y lo refrendó emparejándole de nuevo con Reed para la mañana de hoy, en la que debe empezar a brillar. Su país le necesita.